No todo es el currículum: innovando en RR. HH. a través de la selección por valores

En el actual paradigma, la innovación se reconoce como la piedra angular del éxito empresarial. En el ámbito de los RR. HH. se está cocinando a fuego lento su propia revolución: es la era de la “selección por valores”. Esta disrupción tiene lugar en un contexto en que las empresas buscan desesperadamente una solución a apremiantes y costosos desafíos, tales como la alta rotación de personal, la desmotivación y desafección de los colaboradores, la insatisfacción laboral o la baja productividad. La respuesta, sorprendentemente (o quizá no tanto), no se halla en las habilidades o competencias técnicas, ni en los impresionantes currículums de los candidatos, sino en algo mucho más profundo: sus valores personales.

Imaginemos una compañía liderada por visionarios que entendieron que, a la hora de seleccionar talento, debían mirar más allá de las competencias. Hoy en día, la búsqueda del candidato ideal trasciende la mera evaluación de competencias técnicas y la revisión superficial del CV. Dicha búsqueda ha de profundizar, analizando no solo la “cabeza” –la inteligencia y el conocimiento técnico–, sino también el “corazón”, es decir, los valores y pasiones que impulsan al candidato a resonar con el pulso de la organización. Y no podemos olvidar las “manos”, la habilidad para convertir la visión y la pasión en acción tangible. Los visionarios al frente de esta evolución empresarial descubrieron que es en la confluencia de estos tres aspectos (cabeza, corazón y manos) donde se forjan los equipos más cohesionados, productivos y satisfechos.

Esta revelación se apoya en una creciente evidencia que muestra cómo los empleados cuyos valores encajan con los de su empresa no solo alcanzan un desempeño superior, sino que también se ven motivados a permanecer en la empresa a largo plazo. La historia se tornó aún más interesante cuando esta aproximación comenzó a resonar con las nuevas generaciones en el mercado laboral. Para ellos, encontrar un empleo donde sus propios valores se vean reflejados no es un lujo, sino una necesidad.

La innovación en la selección por valores trasciende la entrevista tradicional, abriendo nuevas vías para identificar los valores personales, que emergen como los indicadores más confiables del comportamiento, competencias, liderazgo y ética de los candidatos. Este enfoque no solo redefine las prácticas habituales en recursos humanos, sino que también se establece como el pilar de un cambio de paradigma, inaugurando una nueva era en la que la selección por valores se convierte en un claro driver del éxito organizacional.