Cerrar la brecha en la sostenibilidad de la financiación comercial
Management & Innovation (Núm. 249) · Finanzas · Septiembre 2015
El desarrollo de una estrategia de financiación comercial sostenible exige que examinemos detenidamente cómo pagamos. La financiación comercial es una de las áreas empresariales más fascinantes del mundo financiero. A diario, millones de pequeñas transacciones posibilitan el comercio a escala mundial, lo que como consecuencia, establece un vínculo directo con nuestra sociedad. En primer lugar, la financiación comercial facilita el crecimiento económico, y contribuye de manera fundamental a la prosperidad a escala mundial. Pero ¿podría ser que, en ciertos casos, motivara también negocios controvertidos y causara un impacto negativo en el ámbito social y medioambiental?
Comencemos respondiendo a esta pregunta: ¿qué es la financiación comercial? Y analicemos cómo puede exponer a bancos y aseguradoras a riesgos sociales y medioambientales.
La financiación comercial es un importante eslabón de la cadena económica global. La Organización Mundial del Comercio (OMC) estima que entre un 80% y un 90 % del comercio mundial depende de ella. La financiación comercial se lleva a cabo, principalmente, en bancos comerciales y aseguradoras que ofrecen apoyo a importadores, exportadores y comerciantes de distintas maneras: expidiendo cartas de crédito u otras garantías, como fianzas de cumplimiento, y a través de préstamos a corto plazo para cubrir costes de transacción, como cuando se envían bienes de vendedor a comprador. Dependiendo del tipo de transacción financiera, existen, a distintos niveles, riesgos reputacionales y (menos probable, pero no por ello imposible) riesgos de responsabilidad. Estos niveles de riesgo incluyen la mercancía en sí (por ejemplo, fibras de amianto, prohibidas en muchos países), las condiciones de producción de la mercancía (como el aceite de palma de fuentes no certificadas), los medios de transporte (es el caso de los vertidos de crudo como resultado de accidentes ferroviarios, marítimos o de carretera) y el uso final de la mercancía (como el equipamiento usado en proyectos polémicos). Podrían existir riesgos incluso sin haber ninguna mercancía implicada: por ejemplo, con una garantía de cumplimiento vinculada a la construcción de un proyecto que genere polémica.
Debido a la importancia de este negocio tanto para compradores como vendedores, se puede considerar que bancos y ase...