El 'factoring', un recurso en auge para aportar liquidez inmediata

M

ientras la banca
tradicional no está
inyectando en
el sistema productivo
los fondos que este
necesita para dejar atrás la
crisis, el conjunto de empresas
de factoring ha proporcionado
un 18,6% más de fondos
respecto al año pasado a cierre
de septiembre. Ello ha
representado inyectar a la
economía real más de 8.500
millones de euros en factoring
nacional, que han contribuido
a compensar la restricción
de crédito de la banca.
El factoring, más allá de leyes
sistemáticamente incumplidas,
como la de Morosidad de
2004, reformulada en 2010
(ante la inoperancia de la primera
versión), o de planes
especiales de pagos de las
administraciones públicas
(que tardan en materializarse,
en una suerte de muerte
lenta para el acreedor), supone
una herramienta sencilla,
ágil, inmediata y relativamente
barata para aquellas
empresas cuyos clientes pagan
en plazos inasumibles
para su tesorería.
El plazo medio de pago (DSO
en su abreviación inglesa) es
el elemento clave que determina
la evolución del sector del
factoring. La mencionada
aprobación de la Ley de Morosidad
hizo augurar a algunos
el declive de este instrumento
financiero. Sin embargo, la
persistente restricción de crédito
bancario, así como el incumplimiento
sistemático de
los plazos de pago establecidos
en la ley, ha convertido el
factoring en el recurso obligado
y necesario para la supervivencia
de muchas empresas
y para permitir el crecimiento
de muchas otras.
Ante la esperable continuidad
de la sequía del crédito
bancario, el factoring, uno
más de los elementos conocidos
como shadow banking
que han venido a sostener
nuestra economía en tiempos
de crisis financiera tradicional,
se presenta como un sector
en crecimiento que contribuye
aportando liquidez
inmediata a empresas, evitando
su estrangulamiento
financiero.
En el corto plazo (2013-2014),
es de esperar que las tasas de
crecimiento del factoring nacional
continúen manteniéndose,
al igual que las del factor...