En su nuevo libro, ‘Experience on Demand: What Virtual Reality Is, How It Works, and What It Can Do’ (W. W. Norton & Co., 2018), Jeremy Bailenson sostiene que la “realidad virtual” (VR, por sus siglas en inglés) tiene el potencial de transformar el trabajo: desde cómo nos formamos para las tareas difíciles hasta cómo nos comunicamos con los demás. Como director y fundador del Virtual Human Interaction Lab, en la Universidad de Stanford (California), Bailenson ha estado en la vanguardia del desarrollo de simulaciones VR inmersivas y las ha trasladado del mundo académico al mundo real. Bailenson, que ocupa la Cátedra Thomas More Storke de profesor en el Departamento de Comunicación de Stanford, es cofundador de STRIVR, una empresa de formación en tecnología inmersiva con sede en Menlo Park (California). Entre sus clientes se incluyen corporaciones como Walmart, HTC y Microsoft, además de organizaciones deportivas profesionales como la National Football League.
Entrevista a Jeremy Bailenson: La búsqueda de experiencias de realidad virtual completamente "normales"
Entrevistas
FK
Frieda Klotz
Márketing y Ventas (Núm. 151) · Márketing · Septiembre 2018
Management & Innovation (Núm. 19) · Márketing · Octubre 2019
MIT Sloan Management Review ha hablado con Jeremy Bailenson acerca de cómo se está usando la VR para la formación en las empresas, del desafío que supone lograr generar intimidad con la realidad virtual y de por qué las reuniones realizadas con avatares podrían ser más efectivas que las que se llevan a cabo por Skype. La periodista Frieda Klotz ha realizado la entrevista. En estas páginas ofrecemos una versión editada y condensada de la conversación que ambos mantuvieron.
¿Por qué ahora es un momento clave para la VR?
Hace veinte años que me dedico a esto, y hasta hace muy poco tiempo, la mayor empresa de VR tenía contratados quizá a unos veinte ingenieros. Ahora, lo que estamos viendo es que los gigantes de la tecnología –Samsung, Facebook, Sony, Google– se están involucrando en ello, con lo que hemos pasado a contar, literalmente, con cientos de ingenieros trabajando en la identificación de problemas y encontrando soluciones de VR. A su vez, la tecnología se está volviendo más barata, y su calidad ha mejorado drásticamente. Disponemos de cascos de VR, o visualizadores, para colocar sobre nuestras cabezas que cuestan cientos de dólares en lugar de decenas de miles. De hecho, todos los parámetros tecnológicos están mejorando drásticamente: aspectos como la baja latencia (retrasos mínimos), la alta frecuencia de actualización (alta velocidad) y un tracking preciso (la forma en que la VR mide los movimientos del cuerpo), además de un elevado campo de visión y de una alta resolución de imagen. Así pues, este es un momento muy especial, sencillamente, debido a la disponibilidad y a la calidad del hardware.
¿Cómo están usando estas tecnologías las empresas?
Ahora mismo está claro que para la formación. La realidad virtual tiene su origen en los simuladores de vuelo. A finales de los años 20 del siglo pasado, la gente quería aprender a volar, pero no quería hacerlo a partir de un simple manual de formación. Volar es peligroso, y cometer errores es costoso cuando uno está en el aire. Por esa razón se emplearon los simuladores de vuelo. En las corporaciones, la killer app ha sido la “simulación de vuelo” del trabajo: aprender a hablar a la gente, a manejar equipos peligrosos… y a hacer todo esto en un escenario virtual en el cual se nos anima a probar cosas, a fallar y a generar feed...
Frieda Klotz
·
Escritora y periodista especializada en tecnología.