El artículo analiza las claves de éxito en la internacionalización de las empresas a partir de un caso, el de Fluidra, multinacional líder en soluciones para el desarrollo sostenible de agua. La adaptación de sus productos a los múltiples mercados, la diversificación hacia diversos negocios relacionados con el agua, la implantación de un proceso sistemático de elección de mercados o el uso de mecanismos de exportación e inversión directos son solo algunos de los motores que ilustran su rápida expansión internacional.
Fluidra: Cuando la internacionalización se convierte en la estrategia de crecimiento más efectiva
Casos prácticos
JF
Josep Franch
Márketing y Ventas (Núm. 123) · Márketing · Marzo 2014
Business & Technology (Núm. 20) · Márketing · Noviembre 2015
Fluidra es una empresa verticalmente integrada que opera en cuatro áreas de negocio: piscinas y wellness, tratamiento de agua, proyectos y conducción de fluidos y riego. Si bien la marca corporativa Fluidra es relativamente joven, puesto que se introdujo cuando la empresa empezó a cotizar en bolsa a finales de octubre de 2007, y no es demasiado conocida por el gran público, dado que buena parte de su actividad se produce en el mercado business-to-business, algunas de sus marcas comerciales, como Astral Pool, gozan de gran notoriedad no solo en el canal profesional, sino también entre los usuarios de piscinas residenciales. Una de sus claras estrategias de crecimiento ha sido, sin duda, la internacionalización, proceso que la convierte en un referente entre las empresas manufactureras españolas.
Del análisis pormenorizado de su experiencia en este ámbito podemos extraer, al menos, cinco importantes lecciones que pueden servir de ejemplo a otras empresas que, actualmente, estén iniciando su andadura internacional.
1. LLEVAR LA INTERNACIONALIZACIÓN EN EL ADN EMPRESARIAL. Podemos afirmar, sin ningún género de dudas, que la internacionalización está presente en el ADN de la empresa desde sus comienzos. A mediados de los años 70 ya inició su expansión internacional, empezando por mercados europeos (Francia, Italia, el Reino Unido, Portugal, Dinamarca y Suecia) antes de dar el salto a otras regiones, como Estados Unidos, Oriente Medio y Australia, a mediados de los años 90.
Tener una visión internacional, ya sea desde los inicios de una empresa o desde el desarrollo de cualquier nuevo producto, ciertamente, confiere una mentalidad global y una orientación al mercado internacional distintas, con frecuencia, a las de aquellas empresas o aquellos lanzamientos de productos que se orientan a un mercado doméstico en primer lugar y que se plantean la internacionalización en un estadio posterior.
Como dijo en una ocasión el director de Márketing Internacional de Lego: "Nosotros no pensamos en términos de mercado doméstico y de mercado internacional, ya que el mercado danés representa un porcentaje muy pequeño en la facturación de nuestra empresa. Cualquier lanzamiento de producto se hace pensando en el mercado global desde el primer día". Y esta mentalidad desde los orígenes resulta especialmente conveniente hoy en día, cuando las empresas, gracias a las nuevas tecnologías, pueden dirigirse al mercado g...
Josep Franch
·
Profesor titular y director del Departamento de Dirección de Márketing en ESADE Business School