Cuando pasamos de localizar a ser localizados
La era de los 'beacons'
Márketing y Ventas (Núm. 134) · Márketing · Octubre 2015
En plena era de los dispositivos móviles, la figura del "hombre biónico" no está muy lejos. Solo hay que fijarse en dónde y durante cuánto tiempo llevamos encima un smartphone o una tableta. En el bolsillo o en nuestro bolso o cartera, y durante toda la jornada, laboral o festiva, el dispositivo móvil pasa a ser nuestra prolongación comunicativa. Pero no solo comunicativa. Porque se trata también de localización. De geolocalización, para ser más concretos. Esta es una función que, a día de hoy, ya no supone una novedad. Es muy habitual el uso del GPS para determinar nuestra propia ubicación y la mejor ruta hacia una dirección concreta. Es tan común en nuestra actividad diaria que apenas le prestamos atención. Y, en este contexto, llegan los beacons. ¿Qué aporta esta tecnología a lo que ya conocemos? La novedad, algo trascendental, es que, previa autorización e introducción de unos mínimos datos personales, posibilita que una aplicación nos sitúe en un momento y un lugar determinados y nos identifique. Es decir, que pasamos de "localizar" a "ser localizados".
Es una diferencia de enorme importancia respecto a la capacidad de localización que hasta ahora nos permitían los dispositivos móviles. Una importancia que se demuestra con la implicación directa de los dos principales actores de la tecnología móvil: Apple, que en el verano de 2013 lanzó la versión 7 de iOs, incluyendo, aunque de forma muy discreta, sus iBeacons; y Google, el propietario del otro gran sistema operativo móvil, Android, que no se quedó atrás, ya que, después de algún que otro titubeo, lanzó su propio software para beacons en el verano de 2015 con el nombre de Eddystone. Con la irrupción de estos dos gigantes, se abre al comercio, al ocio, a la industria y a la empresa en general la posibilidad de comunicar, de forma directa y personal, con clientes, consumidores y usuarios: un comerciante, por ejemplo, puede saber qué clientes están en su establecimiento, cómo se llaman, por dónde están caminando dentro del local y qué compran. Un sueño hecho realidad que solo exige como contrapartida un trato personalizado, una atención de más calidad y un servicio específico para cada tipo de cliente. ¿Un nuevo uso de la geolocalización? En efecto, un nuevo uso, y también un cambio gigantesco en la experiencia de compra y en la relación con el consumidor.
¿Pero qué son exactamente los beacons? Son pequeñas balizas de posicionamiento del tamaño de un reloj de pulsera que emiten...