Un nuevo entorno, una nueva banca

Un nuevo entorno, una nueva banca Un nuevo entorno, una nueva banca

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Ana Rubio

Business Review (Núm. 229) · Finanzas
BBVA

Tras seis años de crisis
financiera internacional,
el mundo en que
vivimos ya no es el que
era. Todos los agentes económicos
somos ahora más conscientes
de que los mercados
pueden fallar, de que las grandes
entidades pueden hundirse
y de que los riesgos existen
y pueden materializarse. El
sistema bancario español no
es ajeno a estas tendencias, y
tendrá que afrontar un nuevo
entorno, en el que las condiciones
no serán tan benignas
como lo eran antes de la crisis
ni tan extremas como lo son
en la actualidad. ¿Cómo será
la banca del futuro?
En primer lugar, el sistema
financiero será más pequeño
y estará más concentrado. Sin
embargo, el que haya menos
entidades españolas es compatible
con una mayor competencia,
ya que la integración
europea hará que el
mercado en el que se opere
sea cada vez más europeo, no
tan doméstico. Los grandes
beneficiados de esta tendencia
serán los clientes, que tendrán
acceso a unos mejores
servicios bancarios.
Previsiblemente, la banca se
hará más minorista, al ser un
negocio considerado menos
arriesgado, y la mayor regulación
hará que proliferen los
servicios de banca de inversión
en entidades que no serán
bancos. Por ejemplo, las
empresas tenderán más a
emitir deuda y menos a pedir
créditos, lo que será una buena
noticia, porque reducirá
la tradicional dependencia
del tejido productivo europeo
de sus bancos. Sin embargo,
el reto es que no se
fomenten los sectores poco
regulados, que son potencialmente
peligrosos (la llamada
“banca en la sombra”).
En cualquier caso, el endurecimiento
de la regulación
afectará a todo tipo de entidades.
Los bancos, tradicionalmente
muy regulados, lo
estarán aún más. A corto plazo,
existe un trade-off entre
estabilidad financiera (con
reglas muy estrictas) y eficiencia
de la banca (con reglas
menos estrictas) que los
reguladores no deberían perder
de vista. No obstante, a
largo plazo, solo pue...