Una hoja de ruta para la banca española
LM
Luis Maldonado
Business Review (Núm. 240) · Finanzas · Noviembre 2014
Si alguna lección podemos extraer de la reciente crisis económica es que el sector financiero, en España y en el mundo, ya no volverá a ser como antes y que el futuro que nos espera será distinto y tremendamente cambiante. En este contexto, marcado por una catarata de cambios como consecuencia de factores de todo tipo, las entidades financieras españolas deben tener una hoja de ruta que les permita afrontar los desafíos que se avecinan en los próximos años y aprovechar las oportunidades derivadas de los nuevos tiempos.
Dentro del complicado panorama que caracteriza al mundo económico y empresarial, las instituciones financieras viven el cambio con especial intensidad, tanto por el papel que les correspondió en el origen de la crisis (con una infravaloración, en muchos casos, de los riesgos asumidos, como, por ejemplo, en el caso de las hipotecas subprime) como por su protagonismo en su desarrollo (ayudas públicas, nacionalizaciones, contracción del crédito, etc.) y por las consecuencias de todo ello en su actividad de negocio (incluyendo el deterioro de su imagen institucional ante la opinión pública).
Haciendo un análisis más de fondo, podemos identificar siete grandes palancas que están actuando como agentes catalizadores del cambio en las entidades financieras. Tres de ellas (entorno global, marco regulatorio y gestión de riesgos) están directamente relacionadas con la crisis, y exigen del sector una respuesta adaptativa. Otros dos factores (el cambio demográfico y el cambio en el comportamiento del consumidor) tienen también que ver con el entorno, si bien no se infieren de la crisis económica y financiera. Las dos últimas tendencias (la innovación y el cambio tecnológico) se definen por su evolución permanente, y son intrínsecas a la estrategia y al modelo de negocio del sector. Los principales rasgos de estos siete factores y su impacto en la banca son los siguientes (ver figura 1):
1 El entorno macroeconómico. El pulso de la economía mundial es algo más débil de lo que sería deseable. La recuperación económica se está produciendo a nivel global a distintas velocidades según las zonas y las características de las economías. Y, aunque comienza a haber algunas dudas sobre el hecho de que algunas economías emergentes puedan mantener las elevadas tasas de crecimiento de los últimos años, parece innegable q...