China: el momento de las oportunidades
GS
George Stalk
Business Review (Núm. 153) · Estrategia · Diciembre 2006
El fenómeno de China resulta revelador en muchas dimensiones. Entre ellas, cabe citar las siguientes
China no sólo ofrece reducidos costes de mano de obra y calidad barata, sino que también puede jactarse de tener unos reducidos costes de mano de obra y una elevada calidad. Al igual que otros países que se han industrializado recientemente antes que ella, su crecimiento está impulsado por los reducidos niveles salariales en comparación con los de Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental. En muy poco tiempo, las exportaciones chinas han dejado de ser básicamente productos baratos que requieren gran cantidad de mano de obra para convertirse en productos muy sofisticados de bajo coste. Por ejemplo, China es ahora el principal productor de paneles para televisores de pantalla plana.
China representa el 80% de la inversión mundial en infraestructuras, que abarcan desde puertos y generación de electricidad hasta ferrocarriles, autopistas y ascensores.
Su economía se refiere no sólo a pequeñas categorías de consumo de rápido crecimiento, sino también agrandes categorías de crecimiento muy rápido; en China, la demanda de comida rápida, televisores en color, cerveza, refrescos, ordenadores personales y teléfonos móviles ocupa el primer, segundo o tercer lugar del mundo y se encuentra entre las de mayor crecimiento.
No ha hecho falta esperar a que el PIB per cápita alcanzara la cifra mágica de 5.000 dólares, considerada como el umbral de la clase media: su economía ya tiene 200 millones de hogares que pertenecen a las clases media, media-alta (tipo de crecimiento anual compuesto del 20%) y adinerada (tipo de crecimiento anual compuesto del 30%) conocidas en el mundo occidental.
La velocidad a la que está sucediendo esto está marcando récords históricos. En los veinte años que han transcurrido desde que se inició la reforma económica en China, la renta per cápita real se ha multiplicado por siete. Esta cifra se puede comparar con el incremento séxtuple experimentado por Japón en los sesenta años transcurridos tras el final de la Segunda Guerra Mundial y con el crecimiento obtenido durante los cien primeros años de la Revolución Industrial, durante los cuales se multiplicó por 2,5.
Algunas empresas occidentales, como Procter & Gamble, Coca-Cola, Danone, SC Johnson, PepsiCo y Wrigley, se están comportando como empresas chinas de éxito. Al mismo tiempo, empresas chinas como Haier...