Crear empresas innovadoras en organizaciones establecidas

Los experimentos estratégicos constituyen la categoría de mayor riesgo y de mayor rentabilidad de la innovación, y exigen una forma exclusiva de abordar su gestión. Decidimos centrar nuestra atención en los experimentos estratégicos porque en la actualidad hay grandes fuerzas como la globalización, la tecnología digital, la biotecnología y los cambios demográficos que están generando cambios no lineales en la economía, que amenazan la estabilidad, pero que también abren la oportunidad de conseguir un crecimiento espectacular.
 

 

POCAS HISTORIAS EMPRESARIALES resultan tan evocadoras como la del líder inspirado que se esfuerza incesantemente en poner en práctica una extraordinaria idea innovadora. La idea es tan romántica que las empresas que tratan de conseguir más innovación dedican la mayor parte de su energía ?a y recursos a generar ideas y a promover iniciativas individuales. Se trata de un buen punto de partida, pero nada más. Las actividades empresariales con potencial para generar un espectacular crecimiento dentro de organizaciones establecidas tienen que superar grandes dificultades mucho después de haber sido lanzadas. Ray Stata, cofundador de Analog Devices, la empresa de semiconductores de 2.000 millones de dólares, se ha enfrentado a esta dificultad durante décadas: He llegado hace mucho tiempo a la conclusión de que los límites a la innovación tienen poco que ver con la tecnología o la creatividad y mucho con la agilidad organizativa. La capacidad de actuación de las personas inspiradas tiene un límite. El centro de atención debe desplazarse: de las ideas a la ejecución y de la excelencia en el liderazgo a la excelencia organizativa. Para descubrir exactamente qu? hace falta para superar las ideas, hemos dedicado los cinco ?últimos años a la descripción de iniciativas en organizaciones como New York Times Company, Analog Devices, Corning, Hasbro, Cisco, Unilever, Kodak, Johnson & Johnson, Nucor, Stora Enso y Thomson Corporation. P

Autor: Vijay Govindarajan y Chris Trimble