Crisis de la deuda: Europa a la deriva
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Francisco Rodríguez Ortiz
Business Review (Núm. 206) · Finanzas · Octubre 2011
El escenario actual se antoja más complejo. La coincidencia de una crisis financiera y de una profunda atonía económica en las economías centrales, con incertidumbres sobre la continuidad del crecimiento en las economías emergentes, origina temores de recaída en la recesión. La situación es más preocupante porque el margen de maniobra del Estado es reducido y el sistema financiero experimenta una segunda crisis provocada por la atonía económica y el impacto en el balance de los bancos, que aún no han reabsorbido los efectos del exceso de endeudamiento privado, de los títulos de deuda pública.
Asimismo, la gestión de la crisis ha sido más tibia en Europa que en Estados Unidos, donde las políticas macroeconómicas tienden a ser más activas como consecuencia de un menor grado de protección social. La sociedad solo encuentra cierta seguridad si la economía bordea el pleno empleo. Así, el paro, con bajo nivel de cobertura, es equiparado a una calamidad natural y las autoridades han de reaccionar rápidamente. La política macroeconómica actúa como "seguro colectivo de actividad"1. El compromiso europeo con el crecimiento ha sido menor. Europa se ha convertido en el principal heraldo de una ortodoxia presupuestaria trasnochada que amenaza con devolverla a la recesión.
La crisis ha evidenciado que la gobernanza económica europea presenta deficiencias en tiempos de bonanza y que resulta penosa en tiempos de turbulencias. Europa ha aceptado las restricciones macroeconómicas provenientes del mercado único y de la moneda única, pero sin que se produzca una transferencia a nivel de la Unión Europea de los instrumentos de política macroeconómica necesarios para encarar coyunturas adversas de forma coordinada (ni instrumentos fiscales, ni mecanismos de redistribución susceptibles de limitar los efectos de las fluctuaciones económicas).
Asimismo, las incertidumbres actuales que se ciernen sobre la Unión Europea representan un peligro para la estabilidad de la economía mundial. Grecia, económicamente quebrada, necesita una reestructuración con quita, por mucho que dañe a los bancos franceses, a los germanos y al propio BCE. No obstante, producto de la globalización financiera y del juego de los CDS, que afectan a la banca estadounidense aunque esta no sea un gran prestamista directo de Grecia, se teme un tsunami financiero.
1. CRISIS: ENDEUDAMIENTO PÚBLICO Y ESTABILIDAD DE LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS
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