Las organizaciones se han vuelto más flexibles en lo que se refiere a dónde y cuándo trabajan los empleados. Por ello, ahora necesitan ser más intencionales al abordar sus decisiones y las contrapartidas que estas conllevan
Cuatro principios para garantizar que el trabajo híbrido sea trabajo productivo
LG
Lynda Gratton
Business Review (Núm. 307) · Recursos humanos · Enero 2021
Los líderes y los equipos que dirigen están experimentando con nuevas maneras de trabajar, tanto a corto plazo, durante la COVID-19, como a largo plazo, de cara a un mundo pospandémico. Los ejes del trabajo están pivotando simultáneamente, tanto en términos de lugar como de tiempo, y los líderes están diseñando formas híbridas de colaboración que tienen pocos precedentes. Esto es difícil y, como sería de esperar, causa confusión. ¿Cuál es el grado de flexibilidad adecuado respecto a dónde y cuándo trabajan las personas? ¿Qué estrategias son las más efectivas? Hay CEO que creen que, en el futuro, el trabajo tendrá lugar “en cualquier sitio”, mientras que otros piden a los empleados que regresen a los espacios de la oficina central. Algunos se están adaptando a maneras flexibles de gestionar los horarios, mientras que otros exigen que su personal esté disponible de 9 a 17 h.
Para encontrar el camino correcto, los líderes deben comprender los ejes del trabajo híbrido –las ventajas y las desventajas de dónde y cuándo se trabaja– y alinearlos para que fomenten la energía, la concentración, la coordinación y la cooperación necesarias para ser productivos.
En este artículo, expondré lo que estoy viendo en la evolución de los lugares de trabajo híbridos y describiré cuatro principios emergentes: usar el espacio de la oficina para amplificar la cooperación, convertir el trabajo desde casa en una fuente de energía, aprovechar el tiempo asincrónico para potenciar la concentración y emplear el tiempo de trabajo sincrónico para tareas que requieran coordinación.
Los ejes del trabajo híbrido: el lugar y el tiempo
Históricamente, el lugar de trabajo de mucha gente ha sido la oficina. Separada del espacio personal y equipada con todo el mobiliario y la tecnología necesarios para que las personas hagan su trabajo de manera eficiente, la oficina ha sido un lugar de encuentro, donde la gente se reúne con un objetivo principal: trabajar.
Durante la COVID-19, esto ha cambiado drásticamente. Para muchas personas, el trabajo ahora se sitúa en sus espacios personales (sus hogares), mientras que otros trabajan en cafeterías, sedes locales como oficinas satélite menores o espacios de trabajo compartidos de uso flexible, o en combinaciones diversas de ubicaciones remotas.
Pero el lugar no es el único eje que está pivotando. Ahora hay mucha flexibilidad en cuanto al tiempo, en cuanto a los períodos en los que las per...
Lynda Gratton
Profesora de Management Practice y docente del programa online Future of Work en la London Business School ·