De dónde viene la reputación y cómo puede cambiar la suya
MG
Marshall Goldsmith
Business Review (Núm. 191) · Recursos humanos · Junio 2010
¿Qué es la reputación? La reputación es lo que obtenemos cuando sumamos lo que somos y lo que hemos hecho y arrojamos el resultado de esta suma al mundo para ver cómo responden los demás. Nuestra reputación es el reconocimiento o el rechazo de nuestra identidad y nuestros logros. En unas ocasiones estaremos de acuerdo con la opinión del mundo, en otras, no. Sea como sea, no podemos crear nuestra reputación nosotros solos: el resto del mundo, por definición, siempre tiene algo que decir al respecto.
Además, aunque tenemos una visión bastante clara de lo que pensamos de otras personas, es posible que no sepamos lo que piensan los demás de nosotros. Puede que no tengamos idea de lo que otros dicen de nosotros a nuestras espaldas y, por tanto, no tengamos oportunidad de corregir las falsedades (si no están en lo cierto) o de modificar nuestros comportamientos (si lo están). No contamos con la suficiente información para hacer mucho sobre nuestra reputación, de modo que la ignoramos.
Cuando empiezo a preparar a un directivo, lo primero que hago es llevar a cabo un ejercició de feedback de 360 grados sobre su conducta en el puesto de trabajo; en algunos casos, se trata de la primera ocasión en la que el directivo ha sido "evaluado" por personas en niveles inferiores al suyo y no por otras situadas en escalones superiores de la jerarquía de la organización. Entrevisto de quince a veinte colegas y subordinados directos, a continuación tabulo los comentarios y preparo un informe con los resultados. En algunos pocos casos, buena parte de lo que descubro resulta ser una novedad para el directivo, que expresará una sorpresa absoluta y después articulará alguna variación de: "¿De veras creen que soy... [llene el espacio en blanco]?".
Se trata de personas inteligentes, prósperas y motivadas. Han alcanzado su increíble posición en la vida sintonizando con lo que otras personas opinan de ellas y adaptando meticulosamente su conducta en consecuencia. Y, con todo, una evaluación de su reputación por parte de sus colegas suele abrirles los ojos.
¿PREFIERE LA INTELIGENCIA O LA EFICIENCIA?
He tardado un tiempo en averiguar por qué tantos de nosotros no prestamos atención a nuestra reputación. No es que no nos importe. Nos importa mucho. Lo que ocurre es que confundimos nuestra necesidad de considerarnos inteligentes con la de que nos consideren eficientes. Se trata de dos cosas diferentes y una s...