Descubrir nuevas posibilidades
HD
Harvard Deusto
Management & Innovation (Núm. 12) · Estrategia · Febrero 2015
Una vez implantados algunos hábitos es difícil acostumbrarse a lo nuevo. Piense siempre que casi todo se puede mejorar.
La rutina es buena y provechosa pero a veces también puede ser un obstáculo porque es la responsable de que nos quedemos anclados en modelos de comportamiento y pensamiento obsoletos.
Un ejemplo clásico: llega altamente motivado de un seminario en el que ha recibido numerosas ideas e impulsos. Lleno de energía y positivismo quiere poner en práctica las nuevas ideas; sin embargo, a las dos semanas se da cuenta de que se encuentra de nuevo en su día a día rutinario a pesar de haber estado tan motivado.
Ánimo ante los cambios
Cambiar algo siempre implica una cierta superación. Sobre todo si las cosas van bien, la presión de sufrimiento y, por lo tanto, de acción es especialmente baja. La consecuencia es que nos quedamos atascados en nuestra "zona de confort". El gran peligro de esto es volverse cada vez más cómodo. Siempre llegará el momento en el que tenga que cambiar algo. Así pues, sea franco y flexible. Para ello puede ser de gran ayuda responder por escrito las siguientes preguntas:
? ¿Dónde me encuentro ahora? ¿Qué quiero conservar, cambiar, mejorar y ganar?
? ¿En qué sentido quiero desarrollarme como profesional? ¿Dónde veo una necesidad de acción concreta?
? Como medio de presión se puede preguntar: ¿Qué desventajas sufriré si me sigo comportando como lo he hecho hasta ahora? ¿Dónde estaré en uno, tres, cinco, diez años?
? ¿Qué puedo cambiar ahora, es decir, inmediatamente? ¿Qué ventajas o posibilidades tendría?
Posteriormente tome su decisión: ponga en práctica sus proyectos. Controle cada noche hasta qué punto ha sido consecuente en la persecución de nuevas posibilidades y anote sus avances. Ello le aportará la motivación necesaria para seguir activo. Si se sorprende alguna vez estancándose de nuevo en su "zona de confort", piense en el dicho: "lo único seguro es el cambio".