Dirigiendo artistas: lecciones de las industrias creativas para el ‘management’ del futuro

Las industrias culturales desarrollan su actividad en torno a la creación, producción y distribución de contenido creativo. Por ello, hoy en día, realmente se las denomina “industrias creativas”, abarcando desde la música, el teatro, el cine, la moda o la publicidad hasta un largo etcétera, en el que el denominador común es la creación de contenido original, diferente, único, con sentido para una audiencia y que conecte con sus emociones. Las industrias creativas son compañías, organizaciones o colectivos en los que la dimensión humana se expresa en su máximo sentido y en los que la creatividad es la empresa, el propósito.

Tradicionalmente, el origen de la mayoría de las organizaciones de la industria creativa parte de uno o varios talentos creativos que son capaces no solo de crear algo, sino también de asumir el reto de su producción y comercialización, haciéndolo de una forma económicamente rentable o eficiente, y con capacidad para escalarlo. Para ello, los componentes de estas organizaciones, típicamente de “hemisferio derecho” (emociones, creatividad, expresión artística, intuición, fantasía…), necesitan acercarse a las competencias de gestión de “hemisferio izquierdo” (análisis, lógica, comunicación verbal…), en un proceso de tensiones y resistencias. Aunque, actualmente, la neurociencia ha demostrado que la diferencia entre hemisferios es un mito, esta es una metáfora todavía en uso.

Este acercamiento a la gestión de las industrias culturales ya es algo consolidado y asumido, y el management cultural es una disciplina establecida e impartida por muchas universidades y escuelas de negocios. Pero es interesante hacer el camino inverso, analizar los aprendizajes que la gestión de industrias creativas puede aportar al management convencional en el resto de sectores. Los anteriores maestros se deben convertir en aprendices, y los aprendices, pasar a ser maestros.

De la tecnología a la creatividad La tecnología, la digitalización, el Big Data, la inteligencia artificial y la robótica están cambiando nuestras vidas en todos sus aspectos, y seguirán haciéndolo de manera exponencial. Al contrario de lo que uno podría pensar, estas herramientas no destruyen puestos de trabajo, sino que los transforman, haciendo obsoletas algunas funciones dentro de las organizaciones y en ciertas profesiones y creando otras nuevas, para las que se requieren SEGUIR LEYENDO