El área de compras como palanca de cambio ante la crisis
JF
José Francisco Garrido Casas
Business Review (Núm. 193) · Estrategia · Septiembre 2010
Una crisis exige lo mejor de uno mismo y de la empresa. Superarla es el objetivo, pero no basta si se quiere seguir formando parte de un mercado cada vez más competitivo y globalizado. Los momentos de dificultades económicas, el que vivimos actualmente y los que puedan llegar, son un tiempo de reflexión, de replantear la hipótesis de partida que nos ha acabado llevando a esa situación. Porque, si se está haciendo lo mismo de siempre, ¿cómo vamos a pretender conseguir algo diferente?
En agosto de 2007, la economía mundial empieza la que es una de las páginas más negras de su historia: los bancos centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez tras la crisis de las hipotecas subprime y de crédito. Si bien es cierto que los economistas advirtieron de los peligros de esta práctica, que consistía en hacer préstamos a gente que normalmente no podría acceder a una hipoteca para una casa por existir mayor riesgo de impago, también lo es que nadie en Estados Unidos quería interrumpir el ambiente de fiesta que rodeaba a la burbuja inmobiliaria. Dos años después, lo que comenzó como una serie de decisiones poco acertadas para los intereses de Estados Unidos se ha expandido por todo el mundo y amenaza con hundir a la economía en otra gran depresión.
El sector inmobiliario ha sido el epicentro de una crisis que ha acabado afectando a todos los sectores de actividad. En España, aunque la construcción ha sido la gran víctima de este drama, no hay que olvidar que en los dos primeros meses de este año 15.566 empresas se han dado de baja de los ficheros de la Seguridad Social por falta de actividad, lo que eleva a 141.249 las empresas que han echado el cierre en nuestro país a causa de la crisis. De éstas, apenas 2.059 (el 13%) pertenecen al sector de la construcción, frente a las 23.000 empresas del sector servicios o las 10.100 vinculadas a la industria.
La elevada "mortandad" de las empresas, fruto (entre otros factores menos definidos) de un escenario internacional más que complicado, ha provocado en las compañías "supervivientes" una reestructuración con el objetivo de adaptar costes a la nueva realidad. La caída de los márgenes y las ventas ha motivado que las empresas busquen más que nunca hacer más con menos. Aligerar la plantilla es uno de los primeros pasos en los que piensan los directivos, pero en ocasiones no se trata tanto de "eliminar" como de rediseñar. Y en esta nueva "reingeniería de procesos" toma especi...