El enigma Google
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Nicolas G. Carr.
Business Review (Núm. 174) · Márketing · Diciembre 2008
La historia empresarial más extraordinaria de la década ha sido el surgimiento de Google de las cenizas de las "punto-com". Hace poco más de diez años, la empresa ni siquiera existía sus fundadores, los estudiantes Larry Page y Sergey Brin, graduados de Stanford, la constituyeron el 7 de septiembre de 1998, pero en la actualidad es un gigante que provoca temor y admiración por igual. Su crecimiento ha sido vertiginoso y sus ingresos se han disparado de menos de 500 millones de dólares en 2002 a más de 10.500 millones en 2006. Y, a pesar de un exceso de contratación prolongado, un agresivo programa de adquisición y una inversión multimillonaria en la construcción de centros de datos, sigue siendo sólidamente rentable, con unos ingresos netos de 2.000 millones de dólares en ventas durante la primera mitad de 2007. Desde la oferta pública inicial de la empresa, en agosto de 2004, el precio de sus acciones se ha multiplicado por cinco.
Cada vez que una empresa consigue un gran éxito en un breve lapso de tiempo, se convierte en objeto de fascinación de los directivos de empresa e, incluso, del público en general. Aún más, es presentada como un nuevo modelo de éxito en los negocios. Los periodistas y los académicos analizan minuciosamente su historia y sus prácticas con la esperanza de destilar enseñanzas generales que otras empresas puedan emplear. Google no es una excepción. En el transcurso de los dos últimos años, las actividades de la "fábrica de ideas" de la empresa, como la describe Business Week, han sido diseccionadas en reportajes de las principales revistas especializadas del mundo de la empresa y los profesores de las escuelas de negocios han publicado estudios que documentan cómo organiza y gestiona la empresa sus iniciativas de desarrollo de producto. En su nuevo libro, The Future of Management, Gary Hamel, profesor de la London Business School, a? rma que Google es "una pionera del management moderno" que "tiene mucho que enseñarnos sobre cómo construir empresas verdaderamente adaptadas al siglo XXI".
Son palabras fascinantes y no resulta difícil dejarse atrapar por el entusiasmo. No obstante, los directivos tienen, como mínimo, dos motivos para pensárselo dos veces antes de seguir el ejemplo de Google. En primer lugar, a pesar de todos sus éxitos, todavía es una empresa joven y debe someterse a la prueba de la adversidad. Ni siquiera sabemos si su enfoque de gestión y, concretamente, su enfoque de innovación son una caus...