La sostenibilidad es hoy uno de los principales retos de las empresas. Una de las herramientas más efectivas para lograrla es la logística circular, que busca el reciclaje y la restauración de excedentes para reconvertirlos en insumos que sean utilizados en nuevas cadenas de suministro. La lógica de la economía circular protege el medio ambiente, brinda posibilidades ampliadas de empleo y mejora de rentabilidad.
El reto de la circularidad en la logística moderna
Miguel Ángel Bosio Valdivia
Business Review (Núm. 345) · Estrategia · Junio 2024
Según Greenpeace, en el mundo se generan 1.900 millones de toneladas de basura por año. Y, de esta gran cifra, solo el 19% se recicla. La acumulación de basura plástica derivada de productos de un solo uso (bolsas, botellas, cubiertos, bandejas, etc.) es impresionante, con estimaciones de unos siete mil millones de toneladas esparcidos ya a lo largo y ancho del planeta.
Ante este panorama, el concepto de economía circular ha ganado, justamente, una especial atención como una solución alternativa al modelo económico lineal dominante de producción y consumo. Se trata de un sistema basado en modelos de negocio que reemplazan el concepto de “final de la vida útil” por la reducción, reutilización, reciclado y recuperación de materiales en los procesos de producción, distribución y consumo1. En este sentido, existen estudios que plantean la vinculación de la gestión de la cadena de suministro y la economía circular para acuñar un nuevo concepto: la gestión de la cadena de suministro circular2.
El reto actual de las empresas debe ser buscar constantemente materias primas capaces de convertirse en productos acabados que, al término de su vida útil, puedan reciclarse y convertirse nuevamente en materia prima de segundo orden para procesarse de nuevo. Lo ideal es que esa materia prima soporte muchos bucles de “reciclaje-reconversión-materia prima de próximo orden”. De esta forma, el éxito empresarial debe medirse por la cantidad de veces que dicha materia prima puede ser reinsertada.
Finalmente, cuando sea imposible reconvertir el desecho del último bucle por su agotamiento en propiedades, se considerará un desecho final, y el éxito del negocio será poder controlar que dicho último desecho pueda volver a la naturaleza para su regeneración en el menor tiempo posible.
Para lograr excelentes indicadores, será necesario dinamizar el trabajo de químicos y profesionales de la naturaleza, entre otros, quienes deberán mantener una búsqueda constante de materias primas que permitan mayores bucles de utilización y reutilización, con menores tiempos de regeneración.
El concepto tradicional de cadena de suministro
La cadena de suministro debe ser entendida como el conjunto de actividades desarrolladas en una empresa con el objetivo final de entregar a un usuario un producto/servicio con valor agregado, que tradicionalmente se ha dividido en tres grandes fases (ver el cuadro 2).
Los primeros procesos que dan lugar a la generación del producto están ubicados en una fase de la cadena de suministro que comúnmente identificamos como logística de aprovisionamiento, logística de producción o técnica.
Por lo general, los expertos en esta primera fase de la cadena de suministro suelen manejar toda esta fase como si fuera una cadena de suministro completa, con sus objetivos y KPI particulares, lo cual permite el control eficiente. Sin embargo, en la visión general de la compañía es imprescindible considerar que este producto debe ser entregado a un cliente con el fin de cerrar el círculo del negocio.
Es este deseo el que mueve a la compañía a involucrarse en la segunda fase de la cadena de suministro total, denominada logística de comercialización, de distribución comercial o, incluso, de última milla. Constituye el punto crucial del negocio en el que, finalmente, se logra la aceptación del producto por parte del cliente final y permite que se generen nuevos pedidos del mismo producto consumido, entrando en un nuevo bucle de cadena de suministro repetitiva con las mismas fases descritas hasta este momento. El objetivo empresarial es tratar de generar infinitos bucles a través del tiempo que permitan a la empresa subsistir y seguir rentabilizando.
Sin embargo, en un mundo cada vez más global, la búsqueda de productividades en aprovisionamiento y rentabilidades en comercialización por número de unidades vendidas cada vez en mayor cantidad y a mejor precio lleva a muchas empresas a mirar más allá de su país. La idea es involucrar a otros países que puedan constituirse en buenos proveedores para el aprovisionamiento o buenos clientes para la comercialización. Esta internacionalización de actividades da lugar, inevitablemente, a un manejo muy particular de actividades integradas propias de una tercera fase en la cadena de suministro, denominada logística internacional.
Circularidad específica y general
Más allá de esta concepción tradicional de la cadena de suministro, en el mundo logístico ya hace tiempo que se habla de los conceptos de gestión de la cadena de suministro sostenible y gestión de la cadena de suministro viva, con prioridad en el factor humano involucrado en la cadena de suministro. Pero, entre muchas otras tendencias, cada vez cobra más importancia el concepto de gestión de la cadena de suministro circular, que pretende ver la cadena de suministro desde la perspectiva de la economía circular.
Esta última tendencia obliga a la concepción de una cadena de suministro que considere la opción de la recogida o reciclaje de un bien ya consumido por el cliente, que en otros tiempos pudiera haber sido identificado como simple desecho. El objetivo es recuperarlo o restaurarlo para volver a emplearlo como insumo en nuevas cadenas de suministro. De esta manera, se logra la protección del medio ambiente gracias a la reducción de residuos y la menor extracción de nuevos recursos naturales.
Estas actividades vinculadas al reciclaje y la restauración dan lugar a una cuarta fase logística, de carácter inverso, en la cadena de suministro de algunas compañías muy vinculadas a la circularidad.
Los agentes de logística inversa tendrán la enorme misión de reciclar los desechos generados en cada una de las fases logísticas para volver a emplear los productos reconvertidos, cuantas veces sea posible, hasta que el último desecho deba recogerse y llevarse a la industria del desecho final para planificar la regeneración en la misma naturaleza.
Es muy importante recalcar que en cada una de las actividades de la cadena existen desechos que podrían ir siendo recogidos para ser restaurados. La logística inversa termina siendo una fase prácticamente transversal a las otras tres, existiendo entonces una circularidad general (de toda la cadena) y una circularidad específica (hecha a partir de los desechos que se dan en cada actividad).
De aquí podemos concluir que hay muchas oportunidades de negocio que se irán abriendo para la logística inversa de reciclaje y regeneración en cada una de las actividades mencionadas en las tres fases logísticas de la cadena de suministro total.
Estamos asistiendo a la generación de nuevos eslabones en la cadena de suministro, lo cual se puede ver también como nuevas fuentes de futuros negocios, vinculados a la circularidad de las actividades de la cadena de suministro. Lo que antes era simple desecho hoy puede ser la fuente de una nueva cadena de suministro.
Facilitadores y barreras de prácticas circulares
La perspectiva de la necesaria circularidad, aún pendiente de generalizar, encuentra una serie de barreras y exige algunos facilitadores para lograr su aplicación plena en el mundo. Hay varios estudios realizados en relación a esto. Según lo revisado por Kannan Govindan y Mia Hasanagic3, cuando se busca implementar la economía circular en una cadena de suministro, se pueden identificar una serie de facilitadores clasificados en cinco grandes grupos:
1. Política y economía. Incluye factores como las leyes relativas a la devolución de productos y el desarrollo de la economía.
2. Salud. Contempla el fomento de la salud animal y pública, que lleva al desarrollo de prácticas circulares en búsqueda de menos desechos.
3. Protección del medio ambiente. Incluye el cambio climático, la calidad de la agricultura y la protección de las energías y recursos renovables.
4. Sociedad. Engloba el crecimiento de la población, la urbanización, el potencial de creación de empleo y la conciencia del consumidor.
5. Desarrollo de productos. Se refiere a mejorar la eficiencia de los materiales y el uso de energía, así como a aumentar el valor de los productos.
Los mismos autores también identifican las barreras, que distribuyen en ocho apartados:
1. Materias gubernamentales. Se refiere a la falta de sistemas estandarizados para la evaluación del desempeño, políticas de reciclaje que son ineficaces para obtener nuevas leyes de alta calidad, y que se aprueban con una coordinación insuficiente, y leyes que no apoyan la economía circular.
2. Cuestiones económicas. Incluye barreras financieras y económicas relacionadas con la implementación de la economía circular en una cadena de suministro.
3. Aspectos tecnológicos. Se refiere a las barreras respecto a las limitaciones tecnológicas, gestionando la incertidumbre en la fase de fin de vida útil de los productos, la gestión de la calidad del producto a través del ciclo de vida de un producto, los desafíos de diseño para crear o mantener durabilidad, etc.
4. Cuestiones de conocimiento y habilidades. Incluye la falta de información confiable, conciencia pública, habilidades y conciencia del consumidor sobre el valor de los productos restaurados.
5. Problemas de gestión. Se refiere a la falta de apoyo de la Alta Dirección, debido a otros problemas que tienen mayor prioridad en empresas, y dentro de la estructura organizacional.
6. Problemas del marco de la economía circular. Incluye los problemas propios del marco de la economía circular, ya que otras soluciones podrían ser más favorables que este marco.
7. Cuestiones culturales y sociales. Se refiere a la falta de entusiasmo hacia la promulgación de la economía circular, la percepción del consumidor hacia productos reutilizados y la emoción de comprar un nuevo producto.
8. Problemas de mercado. Engloba consideraciones tales como externalidades que impiden a las empresas aprovechar productos reacondicionados, regulaciones sobre propiedad y falta de estándares de la industria sobre productos de reacondicionamiento.
La necesaria gestión de los indicadores
Es imprescindible que identifiquemos claramente las actividades que integran cada una de las fases logísticas de nuestra cadena de suministro, así como incluso las operaciones que dan lugar a cada de ellas. De esta manera podríamos determinar en cada operación la posibilidad de una gestión de logística circular específica, al tiempo que podríamos identificar plenamente el eslabón de la cadena en el que se genera un manejo no adecuado.
Un ejemplo simple y claro lo tenemos cuando, en plena fase de comercialización, se estiba boca abajo una caja de un producto determinado porque, quizá durante la logística de aprovisionamiento, no se colocó una etiqueta conveniente que permitiera reconocer el modo adecuado de estiba, o durante la logística internacional se extrajo la etiqueta con el fin de desarrollar algún trámite aduanero.
La integración de la información y de los procesos durante todas las actividades de las tres fases de la cadena de suministro total da lugar al éxito de toda la cadena. Por tanto, son necesarios KPI para cada fase logística y para la cadena total de suministro. El objetivo de la gestión será lograr que los KPI de toda la cadena se muestren óptimos, no solo los de las fases parciales.
Es necesario medir el nivel de implementación de las prácticas de economía circular en el contexto de las cadenas de suministro, correlacionando las múltiples perspectivas de las partes interesadas con los facilitadores, las barreras y las prácticas.
A partir de las mediciones, se podrán identificar los ajustes necesarios en cada parte para lograr mayor impacto de la economía circular en las cadenas de suministro. Casi todas las técnicas existentes evalúan el uso de recursos en función de su carga en relación con el valor, mientras que el punto central de la economía circular es crear valor a través de la capacidad de retención del material. La “longevidad” mide la contribución a la retención de material en función de la cantidad de tiempo que un recurso se mantiene en uso.
Algunos autores proponen los siguientes indicadores4:
• Proporción de insumos biológicos y materias primas derivadas de fuentes definidas como restaurativas y regenerativas, utilizando sistemas internacionales de medición.
• Cantidades totales de materiales biológicos no renovables o materiales de fuentes clasificadas como en riesgo, escasas o vulnerables.
• Proporción y calidad de los materiales biológicos totales originales devueltos a la biósfera.
• Cantidad total de material técnico que fluye por la cadena de suministro, incluidos los materiales críticos.
• Relación de productos y servicios diseñados para la circularidad frente a todas las categorías de productos y servicios por valor o masa de materiales.
• Total de productos y materiales técnicos recuperados y recirculados por todo el ciclo de vida del producto a través de bucles abiertos o cerrados.
• Calidad y longevidad planificadas de materiales técnicos en el ciclo de vida del producto.
• Valor de venta de productos y materiales diseñados como circulares como proporción de todas las ventas de productos y servicios.
• Valor de los insumos iniciales de material biológico en cascada a ciclos posteriores.
• Energía renovable total como porcentaje del consumo total en la cadena de suministro.
Otros autores5 resaltan la importancia del indicador de rendimiento de economía circular (CPI), que se define como la relación entre el beneficio real actual del material y el beneficio ideal del material según la calidad. Se señala que, para la opción I (reciclaje de ciclo cerrado), el material reciclado tiene el potencial de ofrecer un beneficio real igual al beneficio ideal, al sustituir el material virgen original en una relación 1:1. Por ejemplo, 1 kg de plástico reciclado sustituirá a 1 kg de plástico virgen. Esta relación irá mermando a medida que el material reciclado tenga menos posibilidad de reemplazar el material virgen, generándose nuevos indicadores CPI cada vez más bajos.
Un estándar utilizado a nivel mundial para el análisis de la sostenibilidad es el de la GRI (Global Reporting Initiative), de suma importancia por su enfoque multistakeholder, pues reúne a expertos de los sectores corporativos, públicos, académicos y sociales para elaborar los alineamientos que las empresas usarán luego como guía para sus impactos de sostenibilidad. Este estándar permite a la empresa alinearse con la ISO 26000, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el CDP, entre otros marcos de sostenibilidad.
Este estándar reconoce la importancia de evolucionar a una economía circular e incluye un cambio fundamental en la percepción de los residuos, que pasan de considerarse materiales de desecho a ser aprovechados y convertidos en la materia prima de diferentes productos.
Conclusiones y recomendaciones empresariales
Para terminar, vale la pena recoger varias ideas fundamentales a la hora de fomentar una logística circular:
• Es importante concebir la cadena de suministro total como la suma de actividades y operaciones enmarcadas en cuatro fases logísticas básicas: aprovisionamiento, comercialización, internacional e inversa. Ayuda a visualizar el negocio completo.
• La economía circular es una forma de ver los negocios que considera la posibilidad de reciclar, restaurar y devolver a la cadena de suministro los desperdicios que se van generando.
• La aplicación de la economía circular en procesos logísticos da lugar a la visión de una cadena de suministro circular, y hay que comprender que se puede dar tanto a partir de los desechos del final de la cadena, con el consumo final del cliente, como a partir de cada una de las actividades u operaciones parciales que van dando forma a la cadena de suministro completa. En cada eslabón se puede generar un negocio circular.
• Es conveniente identificar plenamente en cada país o región los elementos particulares que faciliten o pongan barreras a la puesta en práctica de economía circular en la logística, a fin de negociar lo que haga falta.
• Es recomendable utilizar un panel de control que permita el control de la puesta en práctica de herramientas conducentes a circularidad logística.
Si, en la actualidad, las empresas no pueden dar la espalda a la sostenibilidad, tampoco pueden hacerlo sus cadenas de suministro. Aplicar la lógica de la economía circular en todos los procesos y eslabones es la mejor forma de ganarse el respeto de los consumidores.
Referencias
1. Kirchherr, J., Reike, D. y Hekkert, M. “Conceptualizing the circular economy: an analysis of 114 definitions”. Resources, Conservation and Recycling, 127, 2017, 221-232.
2. De Angelis, R., Howard, M. y Miemczyk, J. “Supply chain management and the circular economy: towards the circular supply chain”. Production Planning and Control, 29 (6), 2018, 425-437.
Lahane, S., Kant, R. y Shankar, R. “Circular supply chain management: a state-of-art review and future opportunities”. Journal of Cleaner Production, 258, 2020, 1-17.
3. Govindan, K. y Hasanagic, M. “A systematic review on drivers, barriers, and practices towards circular economy: a supply chain perspective”. International Journal of Production Research, 56 (2), 2018, 1-34.
4 Howard, M., Hopkinson, P. y Miemczyk, J. “The regenerative supply chain: a framework for developing circular economy indicators”. International Journal of Production Research, 57 (23), 2019, 7300-7318.
5. Huysman, S., De Schaepmeester, J., Ragaert, K., Dewulf, J. y De Meester, S. “Performance indicators for a circular economy: a case study on post-industrial plastic waste”. Resources, Conservation and Recycling, 120, 2017, 46-54.
Miguel Ángel Bosio Valdivia
Director de la Maestría en Dirección de Operaciones y Proyectos de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima ·
Es director de la Asociación Peruana de Profesionales en Logística-APPROLOG y docente ordinario asociado en la Universidad de Lima, especialista en cursos de programas vinculados a administración y negocios internacionales.
Cuenta con una amplia trayectoria de casi 40 años en el mundo empresarial en logística, gestión de cadena de suministro de compañías transnacionales y aduanas. Tiene también 20 años como docente reconocido en carreras profesionales y programas de posgrado de importantes centros de estudios, como la Maestría en Negocios Internacionales de la Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, MBA de la Universidad Católica Sedes Sapientiae y docente especialista en los Centros Académicos de la Asociación de Exportadores – ADEX, entre otras experiencias.
Suele ser expositor internacional invitado, habiendo participado en sesiones magistrales en la Universidad de Barcelona y en eventos como el Salón Internacional de la Logística – SIL Barcelona, Expodireto Cotrijal en Brasil y Expocomer Panamá, entre otros.
Ha desarrollado una red de contactos comerciales y académicos en diferentes países como Brasil, Argentina, Colombia, España, Alemania, Italia, Países Bajos, China, Vietnam, Ucrania, India, Australia, Ghana, Nigeria y Sudáfrica, entre otros.
Cuenta con un doctorado en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla-España; tiene MBA Internacional - Maestría en Gestión y Finanzas Internacionales por la Universidad Católica Sedes Sapientiae, y es licenciado en Administración por la Universidad de Lima y en Educación por la Universidad San Ignacio de Loyola-USIL.
Es frecuente encontrar artículos de Miguel Bosio en revistas especializadas y otras publicaciones relacionadas con el mundo empresarial y logístico, como Harvard Deusto Business Review, Logista, Logística 360, Énfasis Logístico, Movant Connection o Supply.net, siendo sus temas de estudio preferente la logística internacional para cadenas de suministro globales, living supply chain, circular supply chain, gestión de costes logísticos internacionales para administración de cadena de suministro, entre muchos otros. Entre sus tareas habituales busca promover investigación academia-empresa-gobierno, e investigaciones de corte multidisciplinario aplicado.
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