Fijando los incentivos
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David De Cremer
Business Review (Núm. 225) · Recursos humanos · Junio 2013
Uno de los ejemplos más citados de la búsqueda ilimitada del interés propio en el sector financiero es el mundo de las primas excesivas. La idea de que los banqueros evalúan el negocio en términos, sobre todo, de su propio interés fue muy clara cuando, en el Reino Unido, el chancellor of the Exchequer el equivalente al ministro de Economía Alistair Darling anunció que quería imponer un impuesto excepcional sobre los bancos para que algunas de las primas excesivas se redirigieran al contribuyente.
Colin Stanbridge, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Londres, se opuso a esta propuesta porque tal impuesto podría hacer que los altos cargos se fueran de la ciudad, algo con lo que explicó muy ilustrativamente que la motivación primaria de los banqueros de inversión no parece consistir en proveer de servicios para lograr el bienestar del público, sino el suyo.
Pero si las primas contribuyen al interés propio, ¿por qué se han convertido en un método de recompensa tan popular? No hace mucho tiempo, se creía que el uso de primas era un sistema de recompensa efectivo, que estaba diseñado para incentivar a las personas. Al proporcionar estos incentivos financieros, la gente ganaría motivación para trabajar más y obtener mejores resultados. Cierto, pero, desgraciadamente, según se ha visto durante el último año, las primas no parecen propiciar el tipo correcto de motivación. Sería preferible que la gente se motivara de un modo intrínseco. "Motivación intrínseca" se refiere a la idea de que las personas hacen bien su trabajo porque realmente disfrutan con lo que hacen. Están motivadas para cumplir con sus tareas correctamente porque les gusta hacerlas, y no porque deben llevarlas a cabo. A través de la motivación intrínseca, el énfasis permanece en el propio trabajo, y no en las ventajas extra que éste puede aportar.
Por desgracia, el uso del pago de incentivos en el mundo financiero puede haber socavado esta motivación intrínseca. Además, en presencia de las reglas económicas del libre mercado, el propósito de las primas en el mundo financiero parece haber cambiado, y en lugar de ofrecerse como recompensa por un trabajo bien hecho, ahora da la impresión de que se pagan, simplemente, porque el trabajo se ha llevado a cabo. La motivación intrínseca ha sido sustituida por la "motivación extrínseca": la prima ya no es la recompensa, y, en su lugar, se ha convertido en la propia motivación. Una consecuencia psic...