¿'Flexitime' versus estrés?
CL
Consuelo León Llorente
Business Review (Núm. 243) · Recursos humanos · Febrero 2015
En la última década, muchas empresas han apostado por la creación de programas de conciliación para sus empleados. Entre las medidas más populares se encuentran el horario flexible de entrada y salida, el teletrabajo y las vacaciones flexibles. El objetivo era armonizar ambos mundos: familia y trabajo; sin embargo, las cosas no parecen haber mejorado mucho en este sentido. La globalización y una tecnología cada vez más invasiva en la vida personal nos permiten estar conectados permanentemente. Nunca como ahora hemos hablado
tanto de estrés, especialmente en el caso de hombres y mujeres que necesitan armonizar sus roles como padres y profesionales.
Los cambios tecnológicos y sociales que hemos experimentado en las últimas décadas han sido los detonantes de la nueva cultura de flexibilidad, que va abriéndose camino en las empresas. Entre otros, podemos destacar la entrada masiva de la mujer en el mercado laboral, el desarrollo de nuevas tecnologías que permiten estar conectados 24/7 y la inversión de la pirámide poblacional, así como el incremento de las necesidades de cuidado entre la población adulta. Estos cambios han aumentado la presión para compaginar la duplicidad de roles: el profesional y el familiar.
En los estudios que se han hecho en este ámbito se ha incidido con frecuencia en la falta de equilibrio entre trabajo y familia, así como en sus negativas consecuencias para la salud, el rendimiento laboral y la satisfacción personal y familiar.
Llegados a este punto, cabe preguntarse si es únicamente la carga de trabajo la causa del estrés y la insatisfacción personal. ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestro uso del tiempo y conseguir llevar a cabo nuestros objetivos personales al mismo tiempo que cumplimos con los objetivos de nuestro trabajo? ¿Qué importancia e implicaciones tienen las políticas de flexibilidad y otros programas desarrollados por la empresa?
LA FLEXIBILIDAD COMO "BUMERÁN"
La nueva dinámica familiar, personal y laboral, caracterizada por la prisa, la escasez de tiempo, la duplicidad de roles y el incremento de las parejas de doble ingreso, ha generado un nuevo empleado con expectativas diferentes a la clásica de la remuneración; ahora la demanda es de más flexibilidad. La paradoja está en que el nuevo estilo de organización del trabajo presenta más luces que sombras, hasta el p...
Consuelo León Llorente
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Doctora e investigadora en el IESE Business School.