Gobierno corporativo: del cumplimiento normativo a la creación de valor empresarial y social

Gobierno corporativo: del cumplimiento normativo a la creación de valor empresarial y social Gobierno corporativo: del cumplimiento normativo a la creación de valor empresarial y social

RV

Ruth V. Aguilera

Business Review (Núm. 350) · Estrategia

El gobierno corporativo puede contribuir en las próximas décadas a mitigar muchas de las amenazas que planean sobre la sociedad en la actualidad. Su capacidad para establecer las normas y los valores a seguir por las empresas será decisiva en este sentido.

El gobierno corporativo se encarga de diseñar y regir las relaciones de poder dentro de las organizaciones y, en concreto, de solventar los clásicos problemas de agencia entre propietarios y ejecutivos, así como entre propietarios mayoritarios y minoritarios, y también entre ejecutivos y empleados1. Y no es ajeno a los cambios en el entorno empresarial, que ha evolucionado de un capitalismo orientado hacia la maximización de valor para los accionistas y un énfasis explícito en el corto plazo a un capitalismo que tiene en cuenta a los diferentes grupos de interés y presenta una orientación más a largo plazo2.

Por lo tanto, el gobierno corporativo tiene que encargarse –y deberá seguir haciéndolo en las próximas décadas– de establecer las reglas del juego sobre cómo se distribuyen los derechos y las responsabilidades entre los distintos grupos de interés dentro de la empresa (accionistas o propietarios, consejo de administración, equipo ejecutivo y empleados) y fuera de ella (proveedores, clientes, auditores, activistas, gobiernos, comunidades, etc.). 

Las responsabilidades del gobierno corporativo se han ampliado y sofisticado, fruto de las nuevas exigencias sobre el papel de las empresas y sus dirigentes en la sociedad, así como de los escándalos corporativos que les han acompañado, entre los cuales es paradigmático el de Enron.

Una de las diferencias entre los distintos países a la hora de abordar la innovación en gobierno corporativo es si se sustentan en normativas estrictas (hard law), como la Sarbanes-Oxley Act de 2002 en Estados Unidos, o en códigos de buen gobierno corporativo basados en el concepto de “comply or explain” (soft law)3, que obliga a las empresas a dar explicaciones públicas cuando no cumplen las directrices marcadas. En este sentido, algunos países han adoptado leyes para incentivar la diversidad en los consejos de administración, mientras que otros países la recomiendan a través de distintos grados de insistencia y precisión en los códigos de buen gobierno.

Estamos en una era donde el objetivo del gobierno corporativo es garantizar que la empresa cree valor y consiga el propósito marcado4. Para ello, pasa de ser un instrumento meramente de supervisión y control de los ejecutivos a ser, sobre todo, una serie de prácticas e instrumentos para acompañar y apoyar al equipo ejecutivo y a los grupos de interés para crear y distribuir valor entre esos distintos grupos de interés.

Ruth V. Aguilera

Titular de la Cátedra Darla and Frederick Brodsky en Negocios Globales de la D’Amore-McKim School of Business (Universidad Northeastern) y profesora visitante del Departamento de Dirección General y Estrategia en Esade ·