Impacto del cambio climático en las empresas: los cuatro frentes

Julio César murió tras recibir veintitrés puñaladas, si bien, según la autopsia –la primera documentada de la historia–, una sola de ellas fue mortal de necesidad, pues le seccionó la arteria aorta. Lo que no está tan documentado es que tuviera, en tan mal momento, la lucidez de pronunciar la frase que se le atribuye: “¿Tú también, hijo?”, dirigida a su sobrino Brutus. Plutarco afirmó que no dijo nada, sino que se tapó la cara con su toga para no verle. Dos mil sesenta y ocho años más tarde, son ya pocos los que se tapan los ojos ante una amenaza tan brutal como el cambio climático. Negar o ignorar el cambio climático puede dar réditos electorales, notoriedad pública, amistades interesadas, likes y una cierta comodidad, así como beneficios en el corto plazo. Pero la concienciación acerca de este problema es cada vez más grande. Tanto que hasta el inconsciente consumidor se ha concienciado de ello.

Una adolescente sueca logró movilizar no hace tanto a cientos de miles, a millones, de personas, especialmente entre los más jóvenes, llamando la atención sobre este y otros problemas medioambientales. ¿Existe una operación de marketing muy bien diseñada, ejecutada y financiada detrás de esta jovencísima revolucionaria? Yo no apostaría ni al rojo ni al negro, sino al blanco, y en botella. Pero, en cualquier caso, Greta Thunberg ha conseguido un efecto espectacular, y en muy buena dirección. Aun así, tampoco le voy a otorgar todo el mérito. Los huracanes Katrina y Gloria, la larga y terrible sequía en Mongolia, los incendios en Horta de Sant Joan, Galicia, Paradise, Australia y Portugal, la recesión de los glaciares, la fusión del permafrost, el hambre de los osos polares... Estos y tantos otros fenómenos han hecho que la tremenda y obstinada dificultad que muestra el ser más inteligente del planeta a la hora de interpretar las señales haya necesitado un relato tan bien forjado como el de Greta Thunberg para darse cuenta, súbitamente, de que este planeta ya no le aguanta. Pero esto, a las empresas, ¿les afecta?

A grandes rasgos, el cambio climático atañe a las empresas en cuatro frentes: el frente operacional, el frente de mercado, el frente regulatorio y el frente de las nuevas oportunidades.

 

1. El frente operacional Hace unos años, una pequeña empresa biotecnológica europea consiguió firmar una prometedora alianza estratégica con una de las mayores multinacionales químicas del mundo...