Innovar para crecer: ahora es el momento
Business Review (Núm. 163) · Estrategia · Noviembre 2007
¿Cuál es la razón de que, en cuanto el panorama de los negocios empieza a ponerse feo, un gran número de empresas ponga freno a la inversión en crecimiento? Esto se debe a que durante mucho tiempo la inversión se consideraba un proceso fundamentalmente aleatorio. Esta opinión es perfectamente comprensible teniendo en cuenta que, según varios estudios recientes, sólo una de cada diez empresas consigue crear crecimiento rentable y sostenible (véase el cuadro 1). Dado que el resultado de la inversión en nuevos negocios es tan poco seguro, no existe apenas protección para hacer frente a los fracasos, de modo que es normal retraerse cuando las condiciones económicas se vuelven desfavorables.
El crecimiento no tiene por qué ser la apuesta arriesgada que la mayoría de la gente parece dar por hecho. Es posible aportar un nuevo grado de previsibilidad al crecimiento basado en la innovación, la clase de previsibilidad que permite continuar invirtiendo en crecimiento cuando todos los demás adoptan una postura defensiva. Las posibilidades de éxito de una oportunidad de crecimiento se pueden evaluar respondiendo a estas tres preguntas: ¿supone la oportunidad una desestabilización?, ¿es posible sacar rentabilidad de ella? y ¿dispongo de las capacidades necesarias para sacarla adelante? Estamos convencidos de que respondiendo a estas preguntas es posible predecir de forma fiable qué oportunidades de crecimiento tendrán éxito y cuáles no.
¿ES ESTA OPORTUNIDAD DISRUPTIVA?
Quizá el factor más determinante del potencial de crecimiento de una innovación sea el hecho de que cause una verdadera desestabilización o no. Las innovaciones que sí lo hacen ganan a los productos y proveedores líderes con sus propias armas, aunque empiecen abriéndose paso apelando a aquellos clientes a los que éstos suelen hacer caso omiso o incluso prefieren evitar. Más tarde, quienes introducen la innovación mejoran sus productos con el paso del tiempo y van subiendo hasta desafiar a las empresas ya establecidas. El cuadro 2 presenta un resumen de algunos famosos elementos disruptivos de los últimos cien años.
Los tipos de innovación que mejor se les dan a las grandes empresas son los de naturaleza continuista; es decir, las empresas líderes tienen gran habilidad para ofrecer la clase de mejoras y productos que saben que sus clientes valoran.
Por ejemplo, en los años setenta, la aparición de las cajas registradoras ele...