La innovación en las empresas del siglo XXI
JM
Juan Mulet Meliá
Business Review (Núm. 200) · Habilidades directivas · Abril 2011
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lleva, desde su creación en 1961, ocupándose de entender el crecimiento económico de los países, y ya en 1963 incluyó en sus trabajos la investigación y el desarrollo, al crear el grupo de expertos que, un año más tarde, hizo posible la primera edición actualmente está vigente la sexta del llamado Manual de Frascati, que estableció la metodología para medir el esfuerzo de los países en la creación de conocimiento. Conocer el esfuerzo que los países hacen para utilizar el conocimiento en su desarrollo económico, que a fin de cuentas es la innovación, está siendo mucho más difícil. No fue hasta 1992 cuando apareció la primera metodología, también de la OCDE, que fue recogida en la primera edición del Manual de Oslo. Las pretensiones de esta primera edición eran muy limitadas porque se referían expresamente al sector manufacturero y al conocimiento procedente de las ciencias exactas y naturales, a lo que tradicionalmente se ha llamado tecnología. En su tercera y hasta ahora última edición, de 2005, el Manual de Oslo tiene ya metodología para todos los sectores, manufactureros y de servicios, y para todo tipo de conocimiento, tanto el generado por las ciencias duras como por las Humanidades y las ciencias socioeconómicas. Con lo que el concepto de tecnología, entendida como toda técnica, forma de hacer cosas útiles, que ha sido entendida, mejorada o creada gracias al conocimiento, incluye por fin todo tipo de saber. Sin embargo, hay que reconocer que la aplicación de esta metodología está resultando muy difícil y que la calidad de los resultados es todavía muy mejorable.
Esto no quiere decir que el concepto de innovación no sea bien entendido, por mucho que su reciente popularidad lo haga aparecer en los más variados contextos y no siempre bien expuesto. Una innovación es todo cambio, basado en conocimiento, que crea valor. Un valor que en el entorno empresarial es evidentemente económico, pero que puede ser de cualquier otro tipo, cuando se refiere a otros contextos. El valor que genera una empresa está en su oferta, bien sean productos o servicios, y la innovación se reflejará en ella. Los cambios darán lugar a mejores prestaciones o a su obtención a menores costes, gracias a mejores procesos de producción, comercialización o, simplemente, de organización. Habrá, pues, innovaciones que se basen en el conocimiento tecnológico tradicional y otras que necesitarán el de otras cien...
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TP