Las innovaciones en tecnología climática no son inmunes al riesgo

El diverso entorno actual de las tecnologías emergentes –que abarca desde iniciativas de energías renovables hasta proyectos de infraestructura como rompeolas, pasando por la agricultura asistida por inteligencia artificial y el software de gestión de recursos– nos ofrece esperanza, al disponer de soluciones reales para afrontar los acuciantes problemas climáticos. Pero para que estas innovaciones puedan resultar disruptivas para el statu quo y tengan éxito, necesitamos un entorno propicio que incluya factores sociales, económicos y de gobernanza (ESG) favorables –como una base de consumidores madura, políticas favorables a las empresas e importantes inversiones en iniciativas climáticas–, que permitan que florezcan oportunidades y nuevas formas de pensar sobre el potencial social, económico y medioambiental de la tecnología climática. En este ecosistema, la responsabilidad de proteger contra los riesgos potenciales de estas innovaciones ha recaído desproporcionadamente en los agentes públicos, como los gobiernos y los organismos reguladores, aunque el sector privado es el principal catalizador de la innovación en tecnología climática, y, como tal, su poder e influencia le obligan a desempeñar un papel más importante a la hora de prever y proteger contra los riesgos.

 

Lo que el discurso actual no entiende El discurso actual acerca de la implantación de las nuevas tecnologías en cualquier campo tiende a inclinarse hacia uno de dos polos. Este discurso o bien da demasiado peso a los beneficios de las tecnologías para impulsar la sociedad hacia la próxima etapa evolutiva o, si no, exagera el potencial que tienen para destruir el tejido social y económico de nuestro sistema global. Este discurso polarizado ignora dos aspectos críticos: las implicaciones para cada población distinta y los problemas prácticos que conlleva la adopción de las tecnologías por parte de las organizaciones.

La protección frente a los riesgos no es un mero reto técnico para las organizaciones, sino un tema complicado que requiere una gobernanza rigurosa, estrategias interdisciplinares y una mentalidad ágil. Para tener éxito en este ámbito, las organizaciones que implementan tecnologías climáticas no pueden centrarse únicamente en las medidas normativas y su cumplimiento. También deben adoptar una estrategia holística de mitigación de riesgos que conlleve co...