Enfoque, disciplina, simplicidad, velocidad, tiempo de valor añadido, trabajo en curso y desperdicio son las siete ideas que pueden hacer cambiar el pensamiento de una organización y posibilitar un nuevo universo que dé importancia a la actitud y al comportamiento de las personas.
Lean IT: cómo cambiar la forma de pensar de una organización en siete ideas
GL
Guillermo López Moratinos
Business Review (Núm. 248) · Estrategia · Agosto 2015
Business & Technology (Núm. 31) · Estrategia · Enero 2017
Según James P. Womack: "Todas las organizaciones tienen un propósito"; una visión que marca la perspectiva, unos procesos que articulan el conjunto de actividades necesarias para lograr los objetivos del negocio y personas que asumen roles y responsabilidades para el logro de dichos objetivos.
Todas las organizaciones intentan el sencillo ejercicio de trazar la línea recta entre la posición actual en la que se encuentran (identificada a partir de un análisis DAFO, benchmarking, etc.) y el objetivo al que aspiran; estructuran planes estratégicos y persiguen el alineamiento organizativo a través de un conjunto de indicadores de rendimiento con los que esperan recorrer la senda estratégica para trazar la línea recta que va desde el "dónde estoy" hasta el "dónde quiero estar". Sin embargo, no contamos con la indecisión de la línea recta, que hace que el sencillo ejercicio de trazarla sobre el papel fracase al llevarlo a la práctica.
La pregunta que cabría hacerse es: ¿dónde está el fallo? ¿Por qué las organizaciones no consiguen los resultados esperados a pesar de realizar un análisis correcto y una definición correcta de los objetivos y contar con los profesionales necesarios? La respuesta reside en la aparente sencillez de la línea recta que pretendemos trazar, que, en realidad, es una sucesión de innumerables puntos que han de considerarse parte de una línea recta. Es sencillo: si uno de los puntos no sabe que forma parte de una línea recta, la línea no será recta.
Womack también dijo que las organizaciones siguen una estructura vertical, de manera que cada departamento, cada punto de la línea recta que pretendemos trazar, buscará siempre su máximo local sin compartir la necesaria sensación de considerarse parte de una misma línea recta.
Cada departamento se enfoca en lograr los objetivos locales de los indicadores de rendimiento por los que se le mide: el de Ventas buscará incrementar un 10% los ingresos; el de Compras, bajar un 10% los costes de provisión; el CIO, asegurar los niveles de servicio y el control de costes; y los proveedores se medirán de forma vertical basándose en contratos que delimitan su responsabilidad, pero que no los incluyen en una línea que debería ser recta y que, en realidad, al atravesar los diversos medios organizativos, se ha refractado, mostrando una apariencia discon...
Guillermo López Moratinos
Profesor del máster de Alta Dirección Digital en The Valley Digital Business School y Organizational Transformation Senior Manager en Amadeus ·