Liderazgo ágil para entornos líquidos, equipos autogestionados y empresas sostenibles

Liderazgo ágil para entornos líquidos, equipos autogestionados y empresas sostenibles Liderazgo ágil para entornos líquidos, equipos autogestionados y empresas sostenibles

La agilidad se postula como un atributo esencial para todas aquellas empresas que necesitan adaptarse rápidamente a los cambios sin menoscabar su propósito. Trasladar esa habilidad a los modelos de liderazgo, junto con una clara orientación a las personas, es clave para un management exitoso. ¿Cómo convertirse en un líder ágil?

Vivimos en un tiempo líquido. Así lo bautizó el sociólogo polaco Zygmunt Bauman para caracterizar una modernidad en tránsito. Veníamos de la solidez de un contexto estable con dinámicas repetitivas, y pasamos, repentinamente, a la liquidez de un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Fue en los años noventa del siglo pasado cuando el ejército americano acuñó el término VUCA para describirlo. Treinta años después, la pandemia de la COVID-19 nos ha mostrado su verdadero significado y ha radicalizado aún más, si cabe, el concepto. Este escenario actual también ha sido bautizado con un nuevo acrónimo, BANI, para podernos referir a él y pormenorizar así sus características: quebradizo, ansioso, no lineal e incomprensible.

Ante este caótico contexto, las empresas han sido llamadas a apostar con determinación por una estrategia que les permita (sobre)vivir en esta nueva normalidad. La afrenta pasa, ineludiblemente, por modelos de gestión más dinámicos y flexibles y que, a su vez, pongan a las personas en el centro. Unas nuevas organizaciones caracterizadas por la ductilidad y la adaptabilidad ante los continuos vaivenes, tanto del entorno como de las demandas de los clientes (externos e internos). Es lo que ha venido a llamarse agilidad empresarial. Una propuesta que, de manera resumida y sintética, quiere dotar a la organización de todo aquello estrictamente necesario (de valor) para alcanzar su propósito, sin estar condicionada en exceso por aquello que le va a deparar el futuro más próximo.

Esta nueva filosofía organizacional, siguiendo los consejos de Peter Drucker, debe apuntalarse a través de la cultura corporativa, evitando así ser devorada a las primeras de cambio. O, lo que es lo mismo, hay que asegurar que la cultura rema a favor de la estrategia. Y para que el despliegue sea triunfante, se hacen ahora imprescindibles pilares esenciales como la colaboración, la confianza, la flexibilidad y la autonomía, sin olvidarnos de un elemento cardinal en cualquier arquitectura cultural: un modelo de liderazgo ad hoc.

Más allá de estas cualidades esenciales, existen también premisas, tendencias todas ellas de la dinámica empresarial actual, a tener muy en cuenta a la hora de avanzar en este modelo de organización:

• La orientación a las personas ha de ser una actitud transversal en el haber de toda la organización. Se dice que las personas son demasiado importantes para dejarlas, exclu...


Iñaki Bustinduy

Socio-consultor en H&B Human and Business ·