Más “rincones de pensar”, por favor
El sector opina
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Chema Cuesta
Management & Innovation (Núm. 21) · Estrategia · Enero 2020
Cuando era pequeño y me portaba mal, me decían, como castigo, que fuera al “rincón de pensar”. Asociar el “pensar” a un castigo es algo perverso que perpetuaba la idea de no pensar y no salirse del guion. Construyeron nuestra mente para aprender “de memoria”: pensar lo justo y recitar la lección aprendida suponía un premio. Como contrapartida, resulta esperanzador ver cómo hoy proliferan los colegios donde aplican métodos de enseñanza en los que se ayuda, desde pequeños, a construir mentes creativas para enfrentarse a un futuro incierto por las nuevas tecnologías. Un futuro en que nuestra capacidad creativa será la mejor herramienta para encontrar soluciones en un entorno cambiante. Y, por supuesto, en que la innovación será el camino para ser rentables en el tiempo. No hay un botón que ponga “innova aquí” y que, por arte de magia, haga surgir el proyecto innovador que buscamos.
El cortoplacismo y la rentabilidad inmediata son, junto a una mentalidad poco abierta, los principales frenos en nuestro país, donde el gasto empresarial en I+D supone tan solo el 0,69% del PIB. Tengamos en cuenta que la tasa bruta de retorno de la inversión en las empresas innovadoras en España está alrededor del 10%. Por no hablar de otros impactos positivos que tiene para la empresa, como mejorar su imagen en el mercado o retener talento, gracias a una cultura innovadora que apueste por la continua formación de sus empleados.
El gran reto en los próximos años pasa por romper las principales barreras para innovar,
como la falta de impulso de la organización, la falta de estrategia o la carencia de herramientas de gestión adecuadas. A todo ello se le puede sumar un carácter inconformista que será clave para superar los pequeños fracasos. Y aquí nos encontramos con un hándicap cultural: el miedo a fracasar. Hay que perder ese miedo. Aprender a caer y levantarse, aprender de los errores y volver a intentarlo, aprender a vivir “sin red protectora”... Como en la teoría de la evolución de Darwin: “adaptarse o morir”.
Ahora más que nunca es vital volver a nuestra esencia inconformista. La misma que nos llevó a inventar la rueda o Internet. Adiós zona de confort; bienvenida, incertidumbre. Y aquí, las mentes creativas y los valientes tendrán un lugar privilegiado en sus “rincones para pensar”.
Chema Cuesta
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Chema Cuesta
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Creative Content & Brand Experience Director de PHD