Nuestra sociedad parece estar atravesando un inquietante período de cambio. La guerra, el caos climático, la desigualdad, el declive de las libertades y la alienación tecnológica son algunos de los rasgos de nuestro presente. Han generado una visión pesimista y temerosa del futuro. Y la gestión empresarial a largo plazo no puede disociarse de esa dinámica caótica que parece erigirse en el futuro de nuestra sociedad.
Navegando en un lago de cisnes negros
DT
Daniel Traça
Business Review (Núm. 350) · Estrategia · Diciembre 2024
Las causas que impulsan los acontecimientos distópicos que se desarrollan actualmente en nuestra sociedad tienen dos vertientes. Por un lado, los cambios en el entorno político se han vuelto muy volátiles al tambalearse las viejas instituciones de nuestra sociedad, y el nacionalismo y el tribalismo están sustituyendo el compromiso con el progreso compartido. Y, por el otro, está la parte de responsabilidad de las empresas en la creación del actual entorno de cisnes negros.
La consecuencia es que el proyecto político y geopolítico de la segunda mitad del siglo XX, que ha generado uno de los períodos de paz y progreso más largos y robustos de la historia, ha quedado ahora como una reliquia. Esto implica que la capacidad para predecir lo predecible y hacer frente a lo impredecible ha pasado a ser la competencia más esencial para el éxito de las empresas.
Este difícil contexto sociopolítico se agrava por la magnitud de las disrupciones tecnológicas que estamos viviendo. No paramos de tener que afrontar tecnologías altamente disruptivas que hace solo una década parecían ciencia ficción. Un ejemplo es el advenimiento de los modelos de lenguaje de gran tamaño, que están provocando una revolución en la inteligencia artificial. Pero también lo son muchas de las tecnologías que hoy damos por sentadas, pero que eran impensables a principios de siglo.
Así pues, este nuevo mundo nos plantea un contexto muy desafiante en términos de dinámica sociopolítica, geopolítica y de cambio tecnológico. Recuperando el concepto de Nassim Taleb de los “cisnes negros” como acontecimientos que van más allá de los límites de las expectativas habituales, a menudo pasados por alto o subestimados debido a sesgos cognitivos humanos, me gustaría proponer la imagen de que gestionar hoy en día se parece a navegar en un lago poblado por cisnes negros1.
Desde el punto de vista de la gestión empresarial, este lago de cisnes negros tiene dos implicaciones. En primer lugar, la gestión, entendida como las competencias de los CEO y los directivos, la estructura y la gobernanza de las organizaciones y los planes de estudio e investigación de las escuelas de negocios, debe adaptarse a este nuevo contexto para garantizar el éxito de las organizaciones en un entorno frenéticamente competitivo (y ahora impredecible y complejo).
En segundo lugar, en la medida en que las prácticas de gestión del pasado y del presente tienen algo de responsabi...
Daniel Traça
Director general de Esade ·