Punto de Vista: Xavier Font

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Business Review (Núm. 335) · Estrategia

La diversificación sectorial de nuestros clientes nos ha permitido superar las crisis mucho mejor

Punto de Vista: Xavier Font

 

En España hay un total de 168.860 pequeñas empresas de entre 10 y 49 trabajadores, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social. La cifra supone el 12,63% de 1.336.531 negocios con asalariados (pequeños, grandes y medianos) que funcionan cada día en nuestro país. Estos pequeños proyectos empresariales, a menudo familiares y heredados entre generaciones, resultan uno de los auténticos motores de la economía productiva.

Es el caso de Fayme2, una empresa catalana fundada en 1987, con una treintena de empleados, que se dedica al diseño y la fabricación de muebles y accesorios metálicos. Su administrador, Xavier Font, ofrece su punto de vista sobre el negocio, el sector y el momento económico en el que nos encontramos.

 

Fayme2 fabrica y suministra piezas, estructuras y componentes metálicos a sectores muy diversos, como el de la alimentación, el ferroviario, el agrícola y ganadero o el de la automoción, entre otros. Esa variedad de clientes, ¿les ha ayudado a sobreponerse, con más facilidad, a los recientes momentos de incertidumbre económica?

Desde luego, la diversificación sectorial de nuestros clientes nos ha permitido superar las crisis mucho mejor. Durante la pandemia, por ejemplo, fuimos uno de los negocios que prestaban un servicio considerado como esencial, puesto que trabajamos mucho para el sector sanitario, y era un momento en el que este necesitaba, más que nunca, materiales para fabricar sus máquinas. Si nuestros compradores hubiesen sido, exclusivamente, del sector de la automoción o del turístico, lo hubiéramos pasado mucho peor, dadas las circunstancias en las que se encontraban. A día de hoy, nuestros principales clientes siguen siendo del sector médico y, también, del electrónico.

 

Su negocio desarrolla una actividad, básicamente, de fabricación industrial. ¿En qué medida les ha afectado el incremento de los costes energéticos y de las materias primas que ha desencadenado el conflicto bélico en Ucrania?

El año pasado sufrimos un fuerte incremento en el precio de las materias primas con las que trabajamos, que, básicamente, son el acero al carbono y el inoxidable, además del aluminio, el cobre y el latón. El acero inoxidable, por ejemplo, pasó a costar más del doble. Aparte, el precio de la energía también se duplicó. En general, hicimos frente a un aumento de costes de nuestros proveedores, ya que ellos también experimentaban tales incrementos y los acababan repercutiendo en nosotros. Afortunadamente, la situación está mucho más controlada en la actualidad. El precio de la energía ha bajado, y también ha disminuido el precio de algunas materias primas, aunque los niveles globales de costes aún están por encima de los de 2021.

 

El sector del metal tiene una clara vocación exportadora en nuestro país. En su caso, ¿qué importancia otorgan a la venta de productos al mercado exterior?

Somos una empresa pequeña-mediana, con una base sólida de clientes catalanes, principalmente de Barcelona. En los últimos meses, hemos centrado nuestros esfuerzos en el proceso de internacionalización de nuestra empresa, con el objetivo de expandir nuestras operaciones más allá de las fronteras nacionales. Estamos aumentando volúmenes de pedidos provenientes de Francia e Italia, y estamos gestionando con éxitos nuevos clientes de Alemania. Consideramos que dar este paso es fundamental en un mundo globalizado, donde la relocalización de muchos bienes que solían ser producidos en China ahora están siendo fabricados nuevamente en Europa. De esta manera, las empresas pueden vender sus productos a un precio más elevado porque, al elaborarlos en el Viejo Continente, les agregan un plus de personalización y de valor añadido, a menudo ofreciéndolos como de alta gama. Aparte de abrirnos a mercados exteriores, otra de nuestras grandes apuestas es la sostenibilidad. En este sentido, hemos obtenido la certificación ISO 14001, que corrobora que nuestra manera de producir es acorde a un adecuado sistema de gestión ambiental.

 

¿Qué tecnologías son hoy imprescindibles para desarrollar una actividad como la de su empresa?

Nuestra maquinaria y tecnología, en general, se ajusta a las necesidades de un negocio que no lleva a cabo grandes producciones, sino pequeñas o medianas. Por tanto, algunas de nuestras fases de producción no se encuentran robotizadas, automatizadas, sencillamente, porque no lo consideramos necesario. Sí que hemos digitalizado el control general de la planta, además de renovar, cada ciertos años, nuestras máquinas para tratar el metal, como la de corte por láser y la de corte combinado de punzonado y láser, además de la máquina plegadora.

 

Un estudio publicado en diciembre por la organización empresarial Confemetal, que agrupa a unas doscientas veinte mil empresas del sector, incidía en que uno de los problemas de esta industria radica en la dificultad de encontrar ciertos perfiles profesionales, como soldadores, electricistas o especialistas en robótica y tecnología 3D. ¿Percibe también esta carencia cuando inician procesos de selección de personal?

Así es. Desde hace años, cuesta encontrar ciertos perfiles profesionales en esta industria. Nos ocurre, por ejemplo, con los soldadores. Hay muy buenos técnicos de este tipo en el sector de la construcción, la automoción... El problema es que empresas como la nuestra necesitan un perfil de soldador muy concreto, muy especializado, que sepa, por ejemplo, trabajar en chapa fina e interpretar planos. Y, con estas características, ya no hay tantos... Nuestra manera de solventarlo es apostar por la formación interna, para ajustar los conocimientos previos del empleado a las necesidades presentes de la empresa.

 

Respecto al perfil de los trabajadores, ¿el subsector de la elaboración de productos metálicos es un campo industrial tan masculinizado como, de entrada, parece?

Sí, aunque en nuestra empresa hemos empezado a incorporar a mujeres en tareas de producción que hasta hace poco tiempo solo desempeñaban los hombres. Cabe decir que tenemos una plantilla relativamente joven, ya que la edad media de nuestros empleados es de poco más de treinta años, y contamos con poca rotación de personal. Es un síntoma de que los empleados se encuentran a gusto en el equipo, en una empresa pequeña y familiar que, por otra parte, y como tantas otras, no lo tiene fácil porque debe competir con las grandes multinacionales.

 

En referencia a la importancia de la satisfacción de los empleados en su puesto de trabajo, ¿qué visión tiene del programa piloto de semana laboral de cuatro días, sin reducción de salario, impulsado por el Gobierno para pymes industriales?

Creo que la semana laboral de cuatro días, de la que se está empezando a hablar, puede funcionar, o no, dependiendo del sector y del tipo de negocio. Quizá en los ámbitos laborales en los que se pueda trabajar por objetivos pueda ser una medida adecuada. Lo que no me parecería oportuno es que la reducción implicara que los empleados trabajaran más horas cada día, puesto que todo el mundo tiene un límite, y el rendimiento laboral, al cabo de más de ocho horas de trabajo, es lógico que acabe bajando.