Puntos ciegos: la raíz del comportamiento poco ético en el trabajo
Business Review (Núm. 205) · Habilidades directivas · Septiembre 2011
En comparación con el resto de lectores de esta revista, ¿es usted más ético, o menos? En una escala de 0 a 100, puntúese con relación a los demás: si cree que se encuentra entre los más éticos del grupo, otórguese una puntuación cercana a 100; si cree que se halla dentro de la media, otórguese una puntuación de 50. Ahora, puntúe a su organización: en una escala de 0 a 100, ¿es más o menos ética que las demás?
Si es como la mayoría de las personas a las que hemos preguntado, sus dos puntuaciones serán superiores a 50. Si realizamos un promedio de las puntuaciones de todas las personas que leen esto, descubriríamos que se hallaría en torno a 75. Sin embargo, eso no puede ser: la puntuación media tiene que ser 50. Algunos de ustedes deben estar sobrevalorando su ética con relación a los demás. Lo cierto es que la mayoría de nosotros sobrevaloramos nuestra ética en algún momento. De hecho, no somos conscientes de la diferencia entre lo éticos que creemos que somos y lo éticos que somos realmente.
Los enfoques tradicionales de la ética carecen de una comprensión de los patrones cognitivos no intencionados, aunque previsibles, que dan como resultado un comportamiento no ético. Nuestro objetivo en este artículo es alertarle respecto a los puntos ciegos que nos impiden ver las diferencias entre nuestro comportamiento real y el deseado. Nuestro propio estudio sobre la "ética limitada" y descubrimientos procedentes del campo emergente de la Ética Conductual ofrecen ideas que pueden ayudarnos a comprender por qué a menudo nos comportamos de un modo contrario a nuestras mejores intenciones.
LAS BRECHAS ÉTICAS EN LOS INDIVIDUOS
La idea de que existen brechas entre lo que creemos que somos y lo que realmente somos está relacionada con el problema de la "consciencia limitada". Este término se refiere a la tendencia habitual a excluir información relevante de nuestras decisiones colocando límites arbitrarios en torno a nuestra definición de un problema, lo que resulta en un fracaso sistemático para ver información importante. Para ilustrar esto, observe la imagen que recoge el cuadro 1.
¿Qué ve? Ahora, eche un vistazo al dálmata husmeando el suelo. La mayoría de las personas no lo ven al primer vistazo; pero, cuando saben que está ahí, ya no pueden mirar la imagen sin advertirlo. El contexto del fondo en blanco y negro impide que nos demos cuenta del dálmata, del mismo modo que nuestros entornos de t...
Max Bazerman
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Profesor Jesse Isidor Straus de Administración de Empresas en la Harvard Business School y codirector del Centro de Liderazgo Público de la Harvard Kennedy School.
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TP