Promover el conflicto en un equipo puede parecer un planteamiento contraintuitivo. Pero sin conflicto no hay evolución ni mejora. En este artículo se explica de qué modo se puede promover la generación y regeneración del conflicto a nivel organizativo y de equipo para crear escenarios de alto rendimiento.
(Re)generación del conflicto en los equipos para alcanzar el alto rendimiento
IB
Iñaki Bustinduy
Business Review (Núm. 341) · Habilidades directivas · Febrero 2024
En la última edición de la Vuelta a España se proclamó vencedor un joven ciclista, Sepp Kuss, del equipo Jumbo-Visma. Un hecho que, de forma aislada, no tendría mayor relevancia, si no fuera porque este triunfo se fraguó en la disputa con otros dos corredores de su mismo equipo, Primoz Roglic y Jonas Vingegaard, los cuales habían sido ganadores ese mismo año 2023 del Giro y del Tour de Francia, respectivamente, con Sepp Kuss de lugarteniente (“gregario”, en terminología ciclista) en sendas victorias. A cuatro días del desenlace de la prueba, la diferencia entre ellos en la clasificación general era mínima, siendo este último quien, por las circunstancias de la carrera y méritos propios, lucía el maillot rojo de líder. Se vislumbraba para el equipo una afrenta que iba a ser histórica: lograr la victoria en las tres grandes competiciones en una misma temporada y con tres corredores distintos. Indudablemente, aquellos fueron unos días tensos en el seno de la escuadra. Muchas fueron las cuestiones, reunión mediante, que tuvieron que valorar los propios protagonistas y miembros del staff: ¿quién de los tres debía ganar la carrera?, ¿libertad de acción o acción solidaria?, ¿los jefes de fila, Vingegaard y Roglic, tenían que agradecer al gregario Kuss los servicios prestados, sirviéndole la victoria en bandeja?, ¿debían primar los objetivos individuales y hacer cada uno su carrera o el objetivo colectivo, salvaguardando el espíritu grupal?
Este equipo neerlandés de indumentaria amarilla es conocido con el sobrenombre de las abejas. La alegoría animal para cualquier cuestión que al trabajo en equipo se refiera no es baladí. Desde las hormigas a los lobos, pasando por los gansos y los pingüinos, estos nos cuestionan muchas veces qué es lo que nos hace pensar que nosotros, los humanos, somos superiores al resto de animales. En el caso concreto de las abejas, más allá de tener desarrollada la denominada inteligencia colectiva, cualidad intrínseca al trabajo autogestionado, que permite maximizar el rendimiento de los individuos en beneficio del grupo, destaca el carácter asambleario de sus enjambres. Al no hibernar, este hecho se manifiesta en la búsqueda incansable por parte de las abejas exploradoras de localizaciones favorables para la nueva colmena. Lo significativo es que la migración definitiva solo se produce cuando toda la colonia alcanza un acuerdo consensuado1. Y es que “consenso” es una palabra que forma parte de la infinidad de habilidades que...
Iñaki Bustinduy
Socio-consultor en H&B Human and Business ·
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TP