Responsabilidad social corporativa: ¿papel mojado o necesidad estratégica?
Business Review (Núm. 164) · Márketing · Enero 2008
Somos hijos de los tiempos en los que vivimos. Hasta hace relativamente poco, apenas se hablaba en nuestro entorno económico y social de la hoy habitualmente denominada "responsabilidad social corporativa" (RSC) y, desde luego, no la veíamos con una asiduidad tal como la que observamos actualmente en medios de comunicación ni, mucho menos, en iniciativas legislativas y regulatorias.
Sin embargo, hoy uno puede encontrársela casi en cada diario que lee, en numerosos artículos de opinión y en innumerables foros. ¿Qué ha pasado? ¿Es algo nuevo? ¿Hemos descubierto algo singular?
Anteriormente, muchas empresas, quizá la mayoría, se habían dedicado a velar casi exclusivamente por sus propios intereses para obtener los mayores resultados económicos posibles y, a menudo, sin considerar demasiado cuáles eran los medios utilizados ni la sostenibilidad real de sus planteamientos a largo plazo. Nos encontrábamos en una economía más primitiva y menos sofisticada en la que conceptos como responsabilidad y sostenibilidad no estaban encima de la mesa.
Podíamos encontrar al mismo tiempo, eso sí, algunas empresas singulares que, fundamentalmente movidas por un líder ético y comprometido, consideraban que no todo vale y que el fin no justifica los medios.
Hoy, sin embargo, algunas cosas fundamentales han cambiado en nuestro entorno económico y social y están cambiando la concepción sobre cómo debe actuar una empresa ante su entorno:
El crecimiento económico en los países desarrollados nos ha situado claramente dentro de una economía del bienestar en la que los distintos grupos de interés se preocupan de aspectos más elevados dentro de lo que podríamos denominar una "pirámide de necesidades". El psicólogo Abraham H. Maslow decía que, en general, una persona se preocupa de cubrir sus necesidades según un orden jerárquico en virtud del cual sólo nos ocupamos de las de nivel superior una vez que las de inferior jerarquía han sido cubiertas. Algo así puede estar pasando en nuestra sociedad desarrollada:
El equilibrio oferta-demanda se ha decantado ya claramente del lado de la demanda. Hasta hace pocas décadas, el poder del mercado estaba en manos de la oferta, ya que eran muchas más las necesidades básicas que satisfacer que los productos y servicios que estaban a disposición de los consumidores. Sin embargo, en este momento nos encontramos con un panorama muy diferente, ya lejos de los períodos de ca...