Tendencias de hoy: de los retos a las oportunidades

Llevábamos días viviendo la incertidumbre alrededor de un nuevo virus que iba a cambiar el rumbo de la historia, y el 11 marzo de 2020, la OMS, profundamente preocupada por los alarmantes niveles de propagación y gravedad, determinó en su evaluación que la COVID-19 puede caracterizarse como una pandemia. A partir de ese momento, alertados por la situación, los líderes empresariales que estaban más preparados para gestionar el cambio, comienzan a tomar decisiones ágilmente. Sin embargo, otros no estaban preparados. Esto ha puesto de manifiesto, sin duda, las diferentes velocidades en el entorno empresarial, visibilizando la capacidad de adaptación al cambio ante acontecimientos imprevisibles.

Desde entonces, hemos recorrido ya un año aprendiendo nuevas formas de hacer, adaptándonos a una nueva realidad que nos ha puesto a prueba y nos ha forzado a hacer las cosas de otra manera. Nos encontramos en el punto de inflexión del cambio exponencial.

Vivimos en un momento histórico clave, en el que definir el futuro ya no es cosa de unos pocos, sino de todos. Estamos acostumbrados a hablar de futuro como algo lejano, del mañana. Pero el futuro es hoy. Los recursos ya están aquí, la tecnología y la ciencia han explotado, y la única pregunta en este futuro es si lo usamos para los propósitos correctos.

La pandemia ha sido un fuerte y duro golpe para la humanidad, pero, a pesar de su crudeza, nos ha retado a plantear cuál es nuestro propósito. Evolucionamos hacia una sociedad donde, más allá de la oferta del producto o servicio, apremia, más que nunca, entender cuál es la razón que justifica lo que haces. El consumismo socialmente consciente va a seguir creciendo a medida que las personas busquen marcas en las que confíen, que estén alineadas con sus valores y que respondan a una serie de preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza.

En pocos meses, la COVID-19 aceleró los cambios, adelantando una serie de disrupciones digitales que, de otra manera, se habrían producido en años posteriores. Y en este devenir de cambios, las personas hemos adaptado nuestros comportamientos rápidamente para cubrir nuestras necesidades, tanto personales como profesionales, dando prioridad a la salud y la seguridad.

Detectamos nuevas tendencias que ya se están dibujando hoy, y que supondrán infinidad de nuevas oportunidades.

Empezando por la sostenibilidad. Más que una tendencia, se ha convertido en una necesidad, y actualmente debe considerarse como un must dentro de cualquier empresa.

Otro de los principales retos a los que se enfrentan las organizaciones es el desarrollo y consolidación de una cultura corporativa, factor determinante para las mismas en la adaptación al nuevo entorno y al éxito empresarial. Los principales obstáculos que se encuentran las empresas son la cultura burocrática y las tecnologías heredadas no flexibles. Trabajar en ecosistemas abiertos es clave para poder crecer de una manera eficiente, ágil y sostenible. Aceptar la integración de nuevos stakeholders en las organizaciones, como las startups y emprendedores externos, es clave en la nueva configuración de la propuesta de valor de las empresas.

El e-commerce es el gran ganador. El reto aquí es crear una propuesta omnicanal rica en experiencia, capaz de fusionar el mundo físico y digital (como phygital), facilitando a los consumidores experiencias cercanas a la fricción cero. Este será uno de los objetivos principales para los próximos años: eliminar la fricción y ser capaces de crear una experiencia 360 integrada. Los consumidores han empezado a adquirir toda tipología de productos a través de los marketplaces y de las propias e-shops de las marcas, de forma habitual y recurrente. Incluso grupos de consumidores como los seniors, anteriormente menos avanzados en el uso de estas plataformas, las han adoptado ágilmente y de manera contundente. En este sentido, cabe destacar cómo está ganando fuerza la compra consciente, desde la perspectiva social y ambiental. Y es que el propósito, comentado anteriormente, se ha convertido en transversal, tanto para el consumidor como para la sociedad.

Otra tendencia con un fuerte despegue es la de la voz. Hace unos años, las empresas adaptaban sus webs a los dispositivos móviles. Actualmente, el reto está en adaptar el ecosistema de las marcas a un entorno conversacional y a las búsquedas por voz. Se trata de una forma de comunicación más humanizada, que permite a las marcas establecer una comunicación más interactiva y bidireccional con sus consumidores.

El foodtech es otra tendencia a tener en cuenta para los próximos años. Deriva de la necesidad, por parte de los consumidores, de productos cada vez más “sanos”, de su preocupación por la salud y la mejora de la alimentación. El foodtech abre todo un abanico de oportunidades, a empresas y emprendedores, de aprovechar las nuevas tecnologías para transformar la industria agroalimentaria, adaptándola a las nuevas necesidades de los consumidores tanto para su cuidado personal como del planeta.

Son tiempos también en los que hablamos de deslocalización y del renacer de lo rural. Y es que la digitalización y el teletrabajo nos han hecho asomarnos de nuevo al mundo rural, lo que se puede traducir en nuevas vías de negocio. Según datos del Gobierno, el 30% del territorio español concentra al 90% de la población, cifra que pone de manifiesto las grandes oportunidades que puede ofrecer el entorno rural para emprender. Una situación que empodera al emprendimiento rural, ayudando a la eliminación progresiva de la brecha digital.

La disrupción digital también nos retará con la generación de una demanda de nuevos perfiles profesionales, como data scientists, nanomédicos, growth hackers, ciberabogados especialistas en inteligencia artificial, nanotecnología, computación cuántica o biotecnología. Así, un largo etcétera que, en nuestro futuro, es decir, en nuestro hoy, nunca dejará de evolucionar.