Adaptar las competencias tradicionales al nuevo entorno digital

El sector opina

Adaptar las competencias tradicionales al nuevo entorno digital Adaptar las competencias tradicionales al nuevo entorno digital

La inteligencia emocional muestra la capacidad de conocer, comprender y gestionar de forma adecuada nuestras propias emociones y las de los demás. Por ello, porque estamos continuamente interactuando con nosotros mismos y con los demás, es una de las competencias más buscadas en el ámbito empresarial.

A través de los miles de procesos de selección que realizamos durante el año, y estudiando las pruebas de competencias realizadas durante los mismos, identificamos que los candidatos españoles tienen un amplio recorrido de desarrollo en evidenciar comportamientos relacionados con la inteligencia emocional. Tomando una muestra de más de veintiséis mil pruebas de nuestro test de competencias ADN, realizadas durante 2019, podemos confirmar que los candidatos destacan por su elevado nivel de desarrollo en competencias tales como orientación a resultados, negociación o trabajo en equipo, con puntuaciones, en la mayoría de los casos, entre 7-8 en una escala de 10 puntos, mientras que la inteligencia emocional se muestra como una de las competencias menos desarrollada, pues la mayoría de las personas obtuvieron puntuaciones entre el 4 y el 5.

Los resultados demuestran, por tanto, que tenemos aquí un gran reto de mejora hasta expresarnos correctamente a través de nuestras emociones y pensamientos, identificar los sentimientos de los demás y sus intereses reales e interactuar
de manera empática, efectiva y satisfactoria, entre otros.

En un entorno de enorme incertidumbre, la capacidad de gestionar las emociones de forma exitosa será una de las piezas clave en las organizaciones, y más aún en un contexto como el actual, de uso intensivo de teletrabajo por pandemia. Todo esto está exigiendo a los líderes una adaptación extraordinaria de sus competencias tradicionales al nuevo entorno digital, poniendo en práctica todos aquellos comportamientos que ayuden en la gestión de sus emociones y las de sus equipos a través de autocontrol, de empatía o perseverancia y de una gran capacidad de automotivación.

Raquel Larena

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Directora general de Talento, Cultura, Marca y Producto de Randstad