Algo tiene que cambiar

Las sociedades actuales afrontan numerosos retos en materia económica, de justicia social y medioambiental. La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de acelerar el cumplimiento de los objetivos fijados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Y en esta necesidad, todos estamos llamados a formar parte de la solución: organismos gubernamentales, instituciones, empresas y sociedad civil.

Encontrar el equilibrio entre las tensiones propias del mundo empresarial tradicional –rentabilidad, márgenes, cuotas de mercado– y la sostenibilidad –materializada en las llamadas finanzas sostenibles– es el reto actual de las compañías. Nuestra sociedad necesita empresas que aporten valor a la comunidad, que luchen contra el cambio climático (E), que consigan un impacto social positivo (S) y que, además, estén bien gobernadas (G). Una visión que se basa en la búsqueda de un crecimiento tanto sostenible como rentable del negocio. Cuanto mejores sean las empresas, más impacto –positivo– podrán ejercer sobre la sociedad.

Es el momento de actuar. El contexto que afrontamos es incierto, pero las compañías debemos asumir nuestra responsabilidad con la sociedad y el medio ambiente y aprovechar nuestro poder y visibilidad para promover un cambio en el modelo productivo. Avanzamos hacia uno nuevo basado en el uso coherente de los recursos y la economía circular y que asegura el progreso social. Un modelo donde responsabilidad y crecimiento van de la mano, tanto para la empresa como para la sociedad.

Este cambio de paradigma va acompañado también de una transformación del modelo alimentario para que sea más saludable, sostenible e inclusivo. Avanzamos hacia un nuevo paradigma en el que cada vez cobra más importancia lo local, y tenemos que estar a la altura de los retos que se nos presentan. La colaboración entre agentes de cambio, la solidaridad y la empatía son imprescindibles para conseguirlo.

Alcanzar estas metas es un gran desafío que requiere un compromiso global, y, como empresa B Corp, nuestro propósito es formar parte de este movimiento transformador. Porque no hay planeta B, algo tiene que cambiar.