La experimentación permite reducir la incertidumbre que rodea a cualquier nueva idea, aumenta la probabilidad de éxito las iniciativas que se llevan a cabo y reduce el número de proyectos que fracasan. ¿Cómo se puede fomentar en una empresa una cultura de experimentación?
Avance hacia una cultura de experimentación
Management & Innovation (Núm. 62) · Habilidades directivas · Febrero 2024
Microsoft es una empresa que realiza multitud de experimentos. Bing, el buscador web de Microsoft, ejecuta más de quince mil experimentos online al año. En cierta ocasión, un ingeniero estaba trabajando en el motor de búsqueda de Bing, y tuvo una idea sobre el modo en que se mostraban los títulos de los anuncios. La idea era incluir parte del subtexto de un anuncio y ponerlo en el título, alargando el título. Él consideraba que, de este modo, se podía despertar más interés e incrementar el número de clics. Debido a que Microsoft recibía una gran cantidad de ideas de los empleados, y a que esa idea era simple, fue descartada.
Unos meses más tarde, el ingeniero recuperó su idea y puso en marcha un sencillo experimento. Dentro de una prueba A/B, una de las dos versiones contenía su idea. Ese pequeño cambio aumentó los ingresos en, aproximadamente, un 12 por ciento, lo que supuso más de cien millones de dólares de ingresos adicionales solo ese año.
Este breve ejemplo muestra el poder de los experimentos a la hora de tomar decisiones. En ese caso, si el ingeniero no hubiese realizado el experimento, los directivos de Microsoft no hubiesen sido conscientes del impacto de su aparentemente simple idea. El hecho de que el ingeniero tuviera la libertad de realizar la prueba por su cuenta, resultó ser clave. Si hubiese tenido que obtener la aprobación para poder realizarla, es posible que el experimento no se hubiese llevado a cabo, y Microsoft no hubiese implementado la nueva iniciativa.
Cualquier idea nueva está basada en una serie de supuestos, sobre aceptación, viabilidad, encaje y otros, que deben ser ciertos para que la idea funcione. Sin embargo, a menudo implementamos nuevas ideas solo en base a nuestros supuestos, en lugar de hacerlo basándonos en hechos. Sacrificamos los aprendizajes obtenidos del análisis de los resultados de experimentos en pro de la rapidez y el coste. Grave error.
Cada vez que realizamos un experimento, el aprendizaje extraído contribuye a reducir el riesgo. Por ello, aumentamos las posibilidades de éxito, y todo ello antes de realizar las inversiones importantes de muchos proyectos.
Sin embargo, si el beneficio de realizar experimentos es tan evidente, ¿a qué se debe que las empresas no incorporen esta práctica de manera generalizada? En nuestra opinión, el principal obstáculo no es técnico, sino que tiene que ver con aspectos culturales. En concreto, con la falt...
Xavier Camps
Profesor colaborador en IESE Business School ·
Joaquim Vilà
Profesor de Dirección Estratégica e Innovación en IESE Business School ·
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TP