Smileat consiguió en pocos años ocupar una destacada posición en el mercado de alimentación infantil. La propuesta de valor de esta ‘startup’, centrada en un enfoque ecológico para un ‘target’ muy definido y apoyada por una desenfadada estrategia de marketing, ofrece interesantes puntos de reflexión y aprendizaje.
Caso Smileat: calculando el potencial de crecimiento
Casos prácticos
JL
José Luis García del Pueyo
Business Review (Núm. 348) · Estrategia · Octubre 2024
Smileat fue fundada en 2015 por dos emprendedores ajenos al sector de la alimentación, pero muy conscientes de la importancia que los criterios de salud podían tener en él: Alberto Jiménez y Javier Quintana. La empresa nació como una startup orientada a una fuerte escalabilidad de su volumen de negocio, apalancada en la tecnología y financiada por inversores externos cuyo criterio de inversión no era la rentabilidad a corto plazo, sino la plusvalía de la inversión a medio o largo plazo.
Todos estos elementos la llevaron a ser considerada en 2015 la mejor startup del año por parte del IESE y recibir el premio “Empresa promesa” de la Fundación Empresa y Sociedad. No resulta extraño que la mayoría de los inversores iniciales participaran en las sucesivas rondas de captación de capital.
El consejo de administración estaba integrado por los dos socios fundadores, que mantenían la mayoría del capital, aunque también existía un consejo asesor, formado por seis inversores, que se reunía trimestralmente para analizar la evolución del negocio. Uno de ellos comentaba al respecto: “La función del consejo asesor es meramente consultiva, pero, tal como está acordado el pacto de socios, resulta un foro muy adecuado para la toma de decisiones que exigen una mayoría reforzada. Las claves del éxito de este órgano consultivo han sido que aporta a la empresa la disciplina de un sistema de reporte, tan necesario en una startup, y también el valor de los debates que se originan en sus reuniones”.
Un modelo de empresa orientado al crecimiento
En verano de 2022, Smileat había incrementado su volumen de negocio de forma considerable respecto al año anterior, al alcanzar los 8 millones de euros de facturación. Sus ventas habían crecido siempre desde la fundación, aunque esto no supusiera beneficios hasta 2020, cuando el EBITDA se situó por primera vez en números verdes, alcanzando el 5% del volumen de negocio. No obstante, en 2021 se redujo hasta el 1,2% debido a la inversión para el lanzamiento de la gama Triboo.
En la visión estratégica de los gestores figuraba alcanzar un EBITDA positivo del 12% en 2026, año en el que se esperaba alcanzar los 30 millones de euros en volumen de ventas.
Los consumidores españoles estaban muy sensibilizados con algunos conceptos, aunque resultaba difícil distinguir entre la moda, la tendencia y la realidad de su comportamiento en el momento ...
José Luis García del Pueyo
Profesor y director del área de Dirección de Estrategias de Mercado en San Telmo Business School ·