Cómo liderar con la filosofía 'agile'

Vivimos en una era que ha sido denominada “de transformación constante”. Pero, como quizá hemos esperado demasiado para iniciar las transformaciones, ahora conviene modificar nuestra aproximación al cambio, anteponiendo a las personas, pues la nueva tecnología digital hay que abordarla desde fuera para liderarla con sentido de la realidad, que es siempre más que la realidad digital o virtual.

Los imperativos que rigen las necesidades directivas actuales podrían concentrarse en conseguir que las personas conecten con un profundo sentido de lo que hacen (purpose) e ir a por todas, y para ello hay que capacitarlas con lo que van a necesitar a lo largo de este viaje, inculcar una cultura de aprendizaje continuo y que los líderes lideren estando a la altura de los tiempos.

Como el futuro depende de lo que se haga en el presente, lo mejor es renovar cuanto antes el modo en el que interactúa el trinomio “persona + equipo × organización”. Quizá valga como criterio general distribuir el poder y simplificar la organización, condimentado con la flexibilidad que exige la respuesta rápida a las necesidades de los clientes y empleados en un mercado y entorno “siempre en transformación”; justamente lo que persigue la cultura de la agilidad.

A partir de este contexto, en este artículo se abordan estos retos: ¿cómo se están transformando las organizaciones y las metodologías de trabajo? ¿De qué manera están implementando los cambios las empresas ágiles?

El cambio que ya está aquí Nadie duda de que el gran dinamismo y los rápidos cambios que se están produciendo en los mercados están provocando que las empresas se preocupen por adquirir una mayor agilidad para adaptarse a las amenazas y oportunidades externas. De este modo, las ventajas competitivas de las organizaciones son cada vez menos duraderas, debido a razones como la introducción de tecnologías nuevas y disruptivas, que plantean nuevos modelos de negocio; la globalización y la digitalización del mercado, que acrecientan el choque entre grandes y pequeñas potencias económicas, y la tendencia a la homogeneización masiva tanto de la producción como del consumo.

Hay que cambiar, sí, pero ¿cómo hacerlo en la dirección acertada? Según un estudio de Accenture, en 2018, el 63% de las empresas anticipaba que sus industrias se estaban enfrentando a cambios radicales, acentuados por las tendencias digitales, mientras que el 44% mostraba signo...