Cualidades para una buena capacidad de liderazgo

Tradicionalmente, en las organizaciones se promociona a las personas en función de dos parámetros principales: su rendimiento y su afinidad con sus superiores. Sin embargo, estas cualidades, por sí mismas, no necesariamente implican una buena capacidad de liderazgo, y, por ello, muchas personas se encuentran ante una verdadera encrucijada cuando son ascendidas a puestos de responsabilidad.

Como para todo en la vida, el liderazgo también requiere un recorrido de aprendizaje, y es entonces cuando toca empezar por el sentido común. En cierta ocasión, le pregunté a una compañera de trabajo qué valoraba especialmente en la persona que lideraba su departamento. “Que te den libertad, que te escuchen y valoren tu aportación, y que si hay algo que puedes mejorar, te ayuden realmente y te den las herramientas para lograrlo” fue su respuesta.

Dicen que vivimos tiempos de incertidumbre y de cambio permanente, y es cierto, pero ¿cuándo no lo han sido para la humanidad? Y es que, efectivamente, las cualidades de un líder exitoso son universales.

En primer lugar, el líder exitoso debe ser capaz de discernir para qué sirve el trabajo de los equipos, es decir, qué se quiere conseguir y qué es lo que importa. Se trata de definir una visión compartida por todo el equipo, que permita tener siempre un contexto para la toma de decisiones.

La gente necesita saber para quién y para qué es útil lo que hace. Agradecer el buen trabajo realizado y explicar lo importante y útil que ha sido ese trabajo da sentido a la tarea y anima a la persona a que lo haga cada vez mejor, más allá de todos los problemas y sinsabores que tenga en su día a día.

En segundo lugar, el líder exitoso debe ser capaz de crear un entorno de trabajo donde las personas tengan confianza y seguridad.
Un entorno donde se valoren todas las aportaciones, especialmente, aquellas que tienen mayor contribución. 

Por último, el líder exitoso ha de ser capaz de impulsar el desarrollo permanente de las habilidades y competencias de los miembros de su equipo. Los miembros de un equipo de alto rendimiento están aprendiendo constantemente para mejorar su trabajo. Para ello es importante crear una cultura de innovación a través del autoaprendizaje y aprendizaje colectivo, donde se comparta la información y se toleren los errores.

No parece difícil, pero, sin embargo, muchos opinan que es todo un arte.