¿Cuándo es una buena opción externalizar?
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Alejandro Lucero de Pablo
Business Review (Núm. 215) · Estrategia · Agosto 2012
Para la mayoría de las empresas, elegir un socio para la elaboración de sus procesos en lugar de desarrollarlos internamente supone una preocupación constante. De esta forma, la externalización de procesos o servicios se convierte en una decisión importante que, con frecuencia, se encuentra sobre la mesa de la mayoría de los directivos de cualquier sector, tamaño y condiciones.
Muchas son las reglas y las teorías presentes en el mercado. Sin embargo, conviene precisar que, a la hora de elegir entre estas dos alternativas, es importante distinguir entre procesos y productos o servicios cuya externalización obedezca a factores relacionados con el coste, además de tener en consideración otras variables.
Así, la externalización de un proceso o actividad no crucial para una compañía debe responder solo a factores económicos, en relación con lo que supondría mantenerlo internamente, ya que la posibilidad de llevar a cabo evaluaciones se fundamenta solo en la existencia o no de dicha actividad. Aquí, sin embargo, se hace difícil la búsqueda de una diferenciación entre lo propio y lo subcontratado, así como entre las distintas ofertas recibidas procedentes de diferentes proveedores.
La decisión se vuelve más importante cuando se trata de un proceso vital para una empresa o uno que representa un factor diferenciador de su proceso productivo financiero. Esto es aún más cierto cuando existe la posibilidad de que la no externalización de dicho proceso deje a la organización huérfana de medidas de información con respecto a su proceso o actividad.
EL PROCESO DE RECOBRO
El recobro de las cuentas pendientes es uno de esos procesos cruciales, especialmente en el caso de las partidas susceptibles de ser consideradas en mora, una vez filtradas las operaciones cuyo impago responde a razones comerciales o deriva de alguna queja relacionada con el producto, y que, por tanto, ya solo responden a una insolvencia temporal o definitiva del deudor.
Los impagados son una parte esencial del ciclo de créditos y su recobro una parte importante en la actividad de una empresa. Por tanto, la gestión eficaz de las cuentas pendientes de cobro impagadas es un factor clave para una organización, como factor diferenciador y vital para su subsistencia, y lo ha sido siempre, es decir, no se trata de algo relativo a la crisis actual, sino que es un hecho en cualquier situación financiera o de mercado.