Cultura de equipo siendo equipo

Entre las mejores experiencias profesionales que solemos recordar está la de haber formado parte de un “auténtico equipo”. Todos necesitamos sentirnos equipo y generar con nuestro liderazgo un alto rendimiento. Sin embargo, ser un equipo no es únicamente trabajar juntos, tener reuniones periódicas o compartir información.

 

Características diferenciales de un equipo

El reto que planteamos es lo que, aparentemente, resulta básico al crear una cultura de equipo: prácticas “de sentido común” y que, aun así, nos cuesta practicar.

Tomemos como referencia la definición que el experto consultor y coach de equipos Luis Carchak propone en su libro Coaching de equipos en la práctica:

“Entiendo a un equipo como gente alineada con un norte, que se ha puesto de acuerdo en cómo ponerse de acuerdo, justo cuando no esté de acuerdo. […] Si en un equipo coexisten dos objetivos diferentes entre sus miembros, entonces podemos decir con seguridad que no hay un equipo, hay un grupo o un pseudoequipo”. 

Si realmente queremos estar siendo equipo, entonces pondremos en práctica estas bases:

1. Un norte enfoca la acción y alinea al equipo. Lo declara el líder, compartiendo y contando con el equipo.

2. Constante inversión en que la confianza crezca, se sostenga y se repare. Equipo es un grupo de personas que confían las unas en las otras.

3. Una serie de reglas regulan la interacción del equipo. Poner por escrito los compromisos y describir en positivo lo que queremos ver genera un espacio seguro. Por ejemplo, estamos dispuestos a dar y recibir feedback para aprender; nos hacemos predecibles si no podemos cumplir un compromiso.

4. Un marco de trabajo conocido y en continua revisión. Es todo lo necesario para que las dinámicas funcionen. Cada equipo acuerda los encuentros que van a guiar su interacción: frecuencia, contenido y duración. Cuanto antes se provea este marco, más probabilidades de éxito tiene el equipo.

5. Delegación de funciones del líder en las reuniones. Preparar la agenda, el acta, moderar… Las funciones delegadas rotan, y todos los miembros son propietarios de un rol activo.

6. Adecuado manejo de sus conversaciones. Conversaciones para construir relaciones, para la posibilidad, para la oportunidad, para la acción, para futuras conversaciones.

 

La búsqueda de la mejora y del aprendizaje también debe formar parte de la vida del equipo. La excelencia implica una mirada apreciativa de los talentos de todos los miembros del equipo, considerando los errores como oportunidades para aprender.

Las personas no se sienten juzgadas, y se enfocan en compartir, desde la vulnerabilidad, sus opiniones y sus necesidades. Entre otras conversaciones para la confianza, el equipo intercambia feedback y celebra éxitos.

 

‘Best practices’ para esta cultura

Como muestra, el caso real de las prácticas adoptadas por un Comité de Dirección tras recibir nuestro acompañamiento para ser equipo:

1. Inclusión en su agenda de los aprendizajes del mes. Los directivos comparten una buena práctica o un error desde el aprendizaje.

2. Cada reunión tiene un input (agenda, participantes, duración…) y un output (acciones, responsables, fechas…). Al inicio, se hace un doble check: uno informal, “¿Cómo estamos hoy?”, y otro para la revisión de los acuerdos de la reunión anterior.

3. El equipo conversa más cara a cara, para pedir o cerrar acuerdos, que por correo.

4. Hay un tiempo a la semana sin reuniones, para pensar en el futuro. Analizar y revisar prioridades tiene un hueco en la agenda de todos.

5. Se pone en valor que las personas puedan decir “no ahora”, negociando siempre que sea posible.

6. Cada día, el equipo hace un encuentro breve, de pie, y comparte sus retos y compromisos

7. Cuando una persona considera que no es la que más puede aportar en un encuentro, delega la participación y da visibilidad a otra persona de su equipo.

 

La propia cultura de “ser equipo” es un potente movilizador, y la experiencia dice que estas prácticas abren posibilidades para trabajar desde la excelencia. Un equipo es mucho más que un conjunto de objetivos compartidos. ¿Cómo es el tuyo?