Dos modelos para gestionar la innovación externa
Business Review (Núm. 187) · Habilidades directivas · Febrero 2010
Para valorar el importante papel que pueden desempeñar los innovadores externos, sólo tiene que fijarse en el gran éxito del iPhone de Apple. Miles de desarrolladores de software externos han escrito aplicaciones complementarias para el iPhone que han aumentado en gran medida su valor, transformando el producto en un éxito de ventas que se ha convertido en el centro de un próspero ecosistema empresarial. Por supuesto, el concepto fundamental de "innovación abierta" que se apoya en los profesionales externos como fuente de ideas y como medio para comercializarlas apenas es nuevo, pero las empresas han tenido dificultades precisamente con la forma de abrir su desarrollo de producto al mundo exterior. Para empezar, muchos directivos tienen pocas ideas sobre cómo motivar y gestionar la innovación externa. Concretamente, ¿los innovadores externos deberían organizarse como una comunidad colaborativa o como un mercado competitivo?
Las comunidades colaborativas son quizá más conocidas por el sistema operativo Linux de la Linux Foundation y por iniciativas de software de código abierto que se rigen, en líneas generales, por normas sociales y reglas "blandas" para fomentar el acceso abierto a la información, la transparencia, el desarrollo conjunto y la propiedad intelectual compartida. Un aspecto destacable de las comunidades es que a menudo sus miembros están dispuestos a trabajar sin remuneración. Los mercados competitivos son muy diferentes. En lugar de colaborar, los innovadores externos de un mercado desarrollan múltiples variantes competidoras de productos, componentes o servicios complementarios. Los clientes, entonces, eligen entre las diferentes ofertas. Un ejemplo clásico de ello es la multimillonaria industria de los videojuegos, donde las empresas (Nintendo, por ejemplo) desarrollan una consola de hardware (Wii) y animan a empresas externas a escribir software de juegos para dicha plataforma. En un mercado, los innovadores externos se centran en sus propios intereses económicos, lo que a menudo genera una dura competencia y poca colaboración entre ellos.
Puesto que las dinámicas de las comunidades y las de los mercados son tan marcadamente diferentes (véase el cuadro 2), las empresas deben plantearse cuidadosamente qué enfoque tiene más sentido para sus objetivos. A raíz de nuestra investigación, hemos descubierto tres cuestiones críticas que los directivos deberían tener en cuenta al tomar esa decisión. Concretamente, deberían...
Karim R. Lakhani
·
Titular de la Cátedra de Administración de Empresas Charles E. Wilson en la Harvard Business School y cofundador de Digital Initiative.
Artículos relacionados
Una gran idea
TP