El liderazgo tiene un horizonte de cambio profundo y disruptivo
El sector opina
IG
Ivo Güell Torné
Management & Innovation (Núm. 52) · Habilidades directivas · Febrero 2023
Los cambios generacionales, por un lado, y los conceptuales del management, sumados a los “engranajes digitales” vitales, por otro, hacen que hoy sea inútil mirar únicamente hacia los líderes inspiracionales. Hay que lograr un perfil de liderazgo que se atreva a compartir y colaborar, a ser ágil, crédulo, convenientemente débil y capaz de amalgamar y cohesionar a través del “fluir”.
El liderazgo de nueva generación deberá hacer frente a un ambiente VUCA, BANI y TUNA… y saber motivar, estimular y coadyuvar. En un entorno marcado por esos ejes que han mutado tanto, sus coordenadas deben ser marcadas con disrupción, o no responderán a la nueva era, llena de partículas hiperaceleradas.
El líder lleva a la organización hacia una sofisticada y rápida digitalización profundamente humana, pero si descuida uno de los dos pilares, sufrirá. “Digitalizar” significa sumergir la empresa en la era digital, desde la Dirección hasta el cliente. Y “humana” significa que el elemento clave, y rey para ello, debe ser la persona como eje principal.
Además, la planificación cambia por el feedforward, donde el líder debe andar muy por delante de lo que deseará el mercado.
El líder profundamente humilde comparte, coreografía resultados y sabe dar valor a los múltiples pensamientos laterales que se producen en el seno de la empresa. Y, para todo ello, no le hace falta más que delegar, escuchar, empatizar, focalizar y rodearse de personas con valores y herramientas para crecer y hacer crecer, sosteniendo una versión autoliderada de sí mismo.
En la serie Sucesor designado, se observa un estilo de liderazgo profundamente humilde, así como ejemplos magníficos del trato y la escucha hacia la gente que le rodea. Él sabe premiar y apartar lo tóxico con habilidades “nivel maestro”, y sabe colaborar con su equipo de una manera fluida y que redunda en la mejora de todo el equipo.
En definitiva, se trata de lograr un liderazgo humano, digital, humilde, colectivo, compartido, aportador de valor, visionario, disruptivo, inspirador e inhalador del entorno, con mucha inteligencia emocional y capaz de aprovechar la fuerza de su entorno para convertirla en potencia de combate en tiempo real. Ni héroe ni villano, sino amalgamador de capacidades muy humanas.
Ivo Güell Torné
D-Formador y conferenciante ·
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