La COVID-19 hizo saltar por los aires todo lo que creíamos saber sobre el trabajo. Ahora los líderes tienen la oportunidad de replantear sus culturas y darles una nueva y mejor forma.
El liderazgo y la ilusión de control
DZ
David Zweig
Business Review (Núm. 351) · Recursos humanos · Enero 2025
Es martes por la mañana y el informe de proyecto que había pedido a su subordinado David no llega. Lo necesitaba ayer y aún no lo tiene. Como líder, su trabajo consiste en conservar el control, fijar las expectativas y asegurarse de que todo funciona bien. Llama a David a su despacho y le explica que va a convocar reuniones quincenales para garantizar que sus proyectos cumplan los plazos previstos. Está haciendo lo que tiene que hacer como líder: recuperar el control de la situación.
Pregunta: ¿le ha preguntado a David por qué no presentó el informe a tiempo? Y si lo hizo, ¿qué ha hecho para ayudarle a cumplir el plazo?
Muchos de nosotros tratamos el liderazgo como un termostato: observamos atentamente todo lo que hacen nuestros subordinados y, cuando hay una desviación de la “temperatura” esperada, tomamos medidas correctivas, subiendo o bajando el termostato para mantener el equilibrio mediante castigos, disciplina o una mayor vigilancia. El equilibrio se restablece.
Nadie tiene la culpa de que concibamos el liderazgo de esta manera. Así es como nos enseñaron a ser líderes eficaces, y este enfoque fue modelado por muchos de nuestros propios jefes. Si no nos comportáramos así, las cosas se descontrolarían rápidamente. Se desataría el caos y habríamos fracasado como líderes. Pero este “planteamiento termostático” del liderazgo crea una ilusión de control: la idea de que podemos controlar todas las acciones y comportamientos de nuestros subordinados mientras están en el trabajo. Pero eso no es posible.
Cuando se aborda el liderazgo con esa mentalidad, se crea el entorno perfecto para que surjan algunos de los comportamientos más destructivos en el lugar de trabajo. Yo las llamo las “cuatro cochinas D”: desconfianza, desviación, descontento y desmotivación. Y cuando aparecen, la creación de valor se ve gravemente perjudicada.
La mayoría de los líderes nunca se paran a pensar qué percepción tienen sus subordinados de su comportamiento. Pero los empleados no ven las acciones correctivas como “mi líder intenta evitar el caos”, sino que las interpretan como una clara señal de que su jefe no confía en ellos. Seamos sinceros: cuando el mundo entero se puso a trabajar en remoto en marzo de 2020, ¿a cuántos de nosotros nos preocupaba que la gente aflojara el ritmo de trabajo y que la productividad cayera en picado? ¿Fuiste uno de los líderes que respondió a esta situación creando sistemas de monitor...
David Zweig
Profesor de Comportamiento Organizativo y Gestión de RR. HH. y vicedecano interino de Contratación, Matriculación y Éxito Estudiantil de la Universidad de Toronto (campus de Scarborough) ·