¿En qué estaban pensando?: Cómo evitar los errores comunes de gestión
JP
Jeffrey Pfeffer
Business Review (Núm. 166) · Recursos humanos · Marzo 2008
Con frecuencia parece que la gestión moderna haya sido extraída de una tira cómica de Dilbert, excepto por las serias consecuencias que conlleva, tanto para las empresas como para sus trabajadores. Sin embargo, los líderes de las organizaciones trabajan duro, son personas serias, a menudo invierten grandes cantidades de tiempo y esfuerzo intentando hacer un buen trabajo. El problema no es de inteligencia ni de trabajo. ¿Por qué hacen las empresas y sus directivos tantas cosas que parecen tan incorrectas?
Siguiendo el movimiento de la calidad, que nos ha enseñado a buscar el origen de los problemas para que éstos puedan arreglarse desde su raíz, es importante ver qué perspectivas y comportamientos hay detrás de muchas de las dificultades que afrontan las empresas. Parece haber tres cuestiones que ayudan a explicar por qué las organizaciones toman malas decisiones:
1. La importancia de considerar los efectos de retroalimentación: la idea de que las acciones a menudo tienen consecuencias imprevistas;
2. Personas y organizaciones ingenuas, demasiado simplistas, casi mecánicas, que parecen dominar tanto el discurso como la práctica; y
3. La tendencia de complicar en exceso lo que a menudo son elecciones razonablemente sencillas.
Considerando estas ideas y sus implicaciones, creo que es posible comprender mejor lo que hay que hacer y tomar decisiones más sensatas.
1. EFECTOS DE RETROALIMENTACIÓN
Las acciones tienen consecuencias; las decisiones tienen repercusiones. Cuando las empresas hacen algo a las personas, esas personas reaccionan. En demasiadas situaciones, los problemas surgen cuando no pensamos en las posibles consecuencias, repercusiones y reacciones.
Por ejemplo, cuando las empresas comienzan a tener dificultades financieras, lo primero que hacen es recortar sueldos y beneficios. Recortar los costes salariales disminuyendo el gasto de los trabajadores debería aliviar la condición financiera de la empresa, pero las cosas a menudo no salen como se ha planeado, y las causas de esto pueden anticiparse.
Cuando enseño a los directivos, a veces llevo a cabo un pequeño experimento de reflexión. Me acerco a uno de ellos y le digo: "Supón que trabajas en una empresa y que eres quien eres un individuo competente, experimentado, inteligente, que trabaja duro y que hace lo posible por hacer su trabajo como cree que debería hacerlo. ...