Entrevista a Gary Hamel - De qué hablo cuando hablo de innovación

Parece que usted todavía está motivado por las organizaciones y por los temas de los que suele hablar.

Vivimos en una época muy motivadora. Están pasando muchas cosas nuevas, y cada vez que entras en Internet o coges un periódico hay alguna idea completamente nueva que no se te había ocurrido. Es algo fascinante. La tasa de progreso humano siempre ha estado marcada por lo densamente conectados que estamos los unos con los otros, porque cuanto más densamente conectados, más se percibe esta mezcolanza e interacción entre la química habitual de ideas y recursos; y ahora todo está sucediendo en todas partes a la velocidad de la luz. Así que estamos en una gran época para pensar y vivir. 

Pero ¿no cree toda generación que vive tiempos revueltos?

Es cierto. Pero si revisas la mayor parte de la historia de la humanidad, aunque había levantamientos y hambrunas, no tenías nada que cambiara en un vector en concreto de un modo sostenido. En Gran Bretaña, a mediados del siglo xviii, las personas vivían, esencialmente, tal como lo hacían en Egipto 4.000 años atrás. La calidad de vida, el número de calorías que alguien consumía al día o la esperanza de vida no eran tan distintos.

Si nos trasladamos 30 años atrás, más de dos tercios de la potencia informática de todo el mundo estaba en las calculadoras de mano. Pero según vamos avanzando en poder de computación podemos resolver problemas más complejos, podemos comenzar a modelar el mundo, podemos empezar a vislumbrar maneras de hacer las cosas que antes no podíamos imaginar.

Y si miras el ancho de banda disponible y el poder de computación per cápita, ambos alcanzaron un marcado punto de inflexión hará unos diez años. ¿Y cómo se traslada eso al futuro? No lo sé, pero los efectos de segundo y tercer orden de estas cosas continuarán reverberando durante mucho tiempo.

¿Tiene la sensación de que en los temas de gestión empresarial de los que habla se está progresando?

Es muy difícil decir cuánto se cambia, porque, hasta hace poco, no teníamos un sistema que nos permitiera observar todo el mundo y descubrir quién experimentaba y quién no. Así que si tu punto de referencia era la lista Fortune 1000, probablemente no opinarías demasiado. Acabamos de hacer un concurso, y la ganadora fue una organización neozelandesa relativamente pequeña que ha realizado cosas increíbles c...