Estrategias para desactivar las paradojas pragmáticas

Últimamente, se invita a los directivos a aceptar las paradojas; es decir, a aplicar una estrategia que integre términos aparentemente contradictorios. Por ejemplo, en lugar de optar por la exploración o la explotación, el cambio o la estabilidad, la pasión o la racionalidad, el presente o el futuro, el rigor o la compasión, la confianza en uno mismo o la humildad, se ha instado a los directivos a abrazar ambos extremos. Ante tales exigencias contrapuestas, se les ha pedido que consideren la paradoja como la mejor opción: elegir una cosa “y” (en vez de “o”) lo contrario. Pero, si bien es cierto que las paradojas pueden ser generativas, no todas las paradojas son iguales. La experiencia de algunas paradojas puede resultar desagradable, destructiva y paralizante no solo para los líderes, sino también para sus colaboradores. A veces, la gente se enfrenta a situaciones que corresponden a paradojas pragmáticas, como órdenes que necesitan ser desobedecidas para ser obedecidas (porque es imposible obedecer sin desobedecer). Instrucciones como “Actúa espontáneamente” o “No hagas siempre lo que yo te diga” son ejemplos de esto.

Para que las paradojas puedan ser generativas, deben gestionarse con cuidado. De lo contrario, pueden suceder cosas extrañas, tal y como se expresa en el caso clásico de la organización que busca controlar el comportamiento de los empleados mediante la formalización y, entonces, descubre que la formalización provoca una de-sobediencia que, a su vez, da lugar a una formalización aún más intensa.       

En este artículo analizamos el “lado oscuro” de las paradojas y sus manifestaciones en forma de paradojas pragmáticas. Explicamos por qué, para aprovechar la paradoja como proceso generativo, es fundamental saber distinguir las paradojas generativas de las degenerativas. También ofrecemos algunas pistas sobre cómo identificar y desactivar las paradojas pragmáticas.

 

La gestión a través de la paradoja Existe una conciencia cada vez mayor de que las organizaciones tienen características intrínsecamente paradójicas y de que estas características no son, necesariamente, signos de disfunción, sino expresiones del pluralismo y la complejidad de las organizaciones en sí mismas.

Una paradoja, en el lenguaje de la gestión empresarial, se refiere a la oposición entre dos términos independientes que persiste en el tiempo. Específicamente, hace r...