La impresión 3D presenta el potencial real de transformar la experiencia de compra, pero, sobre todo, el potencial de disrupción de la cadena de suministro: ofrece un proceso de fabricación más ágil que los métodos tradicionales, así como enormes posibilidades para la personalización de los productos. Por esto y por otras ventajas, la fabricación aditiva de objetos tiene ante sí un futuro prometedor en ámbitos industriales. Los expertos aseguran que es la punta de lanza de la revolución tecnológica del siglo XXI, un paso hacia lo que consideran que puede ser un cambio de paradigma de la fabricación
Impresión 3D: el futuro de la fabricación
MS
Marc Sachon
Márketing y Ventas (Núm. 134) · TIC · Octubre 2015
En el año 2006, Daniel Suárez publicó la novela de ciencia ficción Deamon, donde presentaba un mundo en el que la "nube", las gafas de datos y la fabricación aditiva, conocida como "impresión 3D", eran ya tecnologías de gran consumo. Hoy, menos de diez años después, la nube es una realidad, las gafas de datos han tenido su primera entrada (y salida), a través de Google, y la impresión 3D industrial ya ha sobrevivido al "valle de la muerte" en la curva de Gartner Hype Cycle, que mide el nivel de expectativa existente sobre diferentes innovaciones y lo contrasta con los factores de tiempo y desarrollo que las influencian.
A la impresión 3D, tecnología que tiene sus orígenes en los pasados años ochenta en el campo del rapid prototyping ("prototipado rápido"), también se la conoce como "fabricación aditiva", porque en cada fase del proceso se añade capa a capa el material que se usa para la obtención de los prototipos, a diferencia de los procesos tradicionales (tornos y fresadoras), en los que el material se extrae. Pero ¿a qué nos referimos cuando hacemos referencia a la impresión 3D? Hay que tener en cuenta que, en realidad, se trata de la confluencia de muchos elementos, ya que engloba diversos procesos y tecnologías (directed energy y deposition processes, direct write technologies, material jetting, powder bed fusion process, sheet lamination processes, sistemas basados en extrusión y VAT polymerization), así como diferentes materiales (cerámica, hormigón, metales, plástico y otros), y presenta ciertas limitaciones (volumen, precio, tolerancia, tiempo de producción...). Debido a esta complejidad , la impresión 3D está muy lejos de ser el plug-and-play que observamos en otras tecnologías, realidad a la que se suma el hecho de que los procesos tradicionales de fabricación en masa no van a desaparecer.
PRINCIPALES VENTAJAS
No obstante, es evidente que se trata de una tecnología que ofrece múltiples aplicaciones, algunas aún por descubrir, como en el campo de la medicina, y que tiene un gran potencial empresarial, sobre todo en lo que a personalización se refiere, con todo lo que eso conlleva para la posibilidad de realizar prendas, objetos o productos
de forma totalmente exclusiva. Pero ¿cuáles son las ventajas que ofrece la impresión 3D a los procesos industriales? Son numerosas, y todas ellas revierten de forma indirecta en los clientes y en su experiencia de compra. Veamos algunas:
Marc Sachon
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Profesor del Departamento de Operaciones, Tecnología y Producción en el IESE Business School
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