La aceptación de la transformación digital: cuando las percepciones personales son más importantes que la tecnología
El sector opina
VH
Vicenç Hernández Reche
Management & Innovation (Núm. 61) · TIC · Enero 2024
Hablar de los motivos por los cuales la mayoría de las empresas fracasan en sus estrategias de transformación digital es largo y tedioso por la variedad de factores y la idiosincrasia de cada organización, pero en el presente artículo me gustaría poner foco en un factor transversal que está entorpeciendo que la adopción de la revolución digital en el seno de las organizaciones sea un éxito.
Uno de los motivos de partida es la mala interpretación del concepto de “transformación digital”, ya que se focaliza en la tecnología como ente que se transforma, cuando quienes deben transformarse son las personas. Y es que la gran mayoría de equipos directivos siguen poniendo la atención de sus procesos de transformación digital en la tecnología, dejando de lado el factor humano.
Al final, se desarrolla una estrategia top-down donde enfatizamos el “cómo” antes que el “quién”. Pero es este “quién” el eje principal de todo proceso de transformación, ya que la tecnología genera retos y oportunidades que no siempre son bien vistos por miedo a perder empleos. Por tanto, la apreciación que hagan las personas de las tecnologías y sus usos es crucial para que el proceso de transformación digital no fracase.
En cambio, las organizaciones que siguen un método de trabajo inverso (bottom-up) consiguen generar una visión clara y motivadora que ayude a transformar a las personas. Entender cuáles son los mecanismos que influyen en la percepción sobre la transformación digital es fundamental, pues permite que el equipo directivo identifique las variables psicológicas que generan stoppers en el proceso de aceptación digital.
Por tanto, la transformación digital va más de psicología que de tecnología. Las emociones que genera un cambio de paradigma como el actual impactan en las experiencias, estas afectan a la acogida de una nueva tecnología y, por último, condicionan el efecto de su implantación. Es decir, que la psicología económica ya no es solo responsabilidad del Departamento de RR. HH., sino de toda la organización.
Vicenç Hernández Reche
Economista y doctor en Psicología Económica y CEO de Tecnotramit ·
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